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Los PMC's no son mercenarios, son los profesionales de inflexión en la guerra contra el terrorismo, y la defensa de la incipiente democracia en Irak. La historia los ha marcado como mercenarios, soldados de la Fortuna, Shadow soldados, pero hoy más apropiado, Corporate Warriors. La tasa de crecimiento en ésta industria es fenomenal. El 80% de la PMC son ex militares, la mayoría procedente de Operaciones Especiales.
Los PMC's son poco conocidos, pero es un real fenómeno cuyos hombres y mujeres en la actualidad viven, trabajan y mueren en Irak junto a soldados y nosotros estamos empezando ahora a oír hablar de ellos. Hay más de un centenar de compañías militares privadas en todo el mundo, y en Irak se suma a la segunda mayor fuerza de combate, que suman casi 20000.
HISTORIA:
Los mercenarios no pueden ser la profesión más antigua del mundo que es probable que sea la segunda. Ellos han existido desde que comenzó la guerra. A lo largo de la mayor parte de la historia de la humanidad se consideró el orden de las cosas que la destrucción de la guerra se debe dejar a los extranjeros a fin de que los ciudadanos necesitados de los Estados ricos puedan seguir haciendo sus fortunas.
Ésta tradición se remonta al siglo IV aC, y los mercenarios han ocupado un lugar destacado en algunas de las más grandes campañas militares en la historia desde entonces. Los ejércitos cartagineses fueron los mercenarios, como fue la de Aníbal cuando invadió Italia. Alejandro Magno contó con unos 50000 mercenarios empleados en 329.
Durante la Edad Media, (1100-1500) los mercenarios se utilizaban con frecuencia. Durante este período muchos gobernantes contrataron a los soldados profesionales entrenados para proteger sus estados. Por ejemplo, en el 1790 se estima que el ejército prusiano, más de la mitad de ellos - unos 200000 - eran mercenarios extranjeros que no tenían ningún compromiso con la causa para la que se alistaron. Algunos estados contratan a sus soldados con el fin de hacer dinero fuera de sus servicios. De hecho, los mercenarios eran una presencia importante en la Revolución Americana, 30000 mercenarios que luchan por los británicos. Y los norteamericanos en diversas ocasiones han sido los propios mercenarios. Con el fin de distinguir la difuminación de las imágenes del pasado y del presente, algunos hay que distinguirlos.
El primer tipo son los mercenarios tradicionales, que son las principales motivaciones y por tanto son de beneficio o de aventura. Los soldados serbios, que recientemente participaron en el conflicto de Zaire del lado de Mobutu, son representativos de este tipo. Otro ejemplo son los ex militares que trabajan para los traficantes de drogas. El segundo tipo son los pequeños grupos de militares que trabaja para un gobierno de acogida y garantizan la seguridad de una región específica. Éstos mercenarios en particular, como se ha visto en África, limitan sus servicios a la zona local y la autoridad. Un tercer tipo se puede identificar como grupos transnacionales ideológicos, los obligados por la ideología o la religión para la formación y la lucha en el extranjero. Por ejemplo, algunos fundamentalistas islámicos llevan a cabo lo que creen ser la voluntad de Dios por viajar a la ayuda de combatientes islámicos que luchan en distintas naciones, como era el caso de la Unión Soviética en la ocupación de Afganistán.
Por último, la más reciente es la organización de los contratistas privados en las empresas con estructuras internas similares a los de las corporaciones de negocios. Considerando que pagaron soldados de los tres grupos, corresponden a la jurisdicción, por lo menos en teoría, de nacional o el derecho internacional, los empleados de las empresas comerciales internacionales dan respuesta sólo a la empresa.
La distinción importante es que éstas empresas están obligados por los términos de un contrato comercial y no necesariamente las del derecho internacional.
El final de la superpotencia mundial de la rivalidad en combinación con la posibilidad de transmisión instantánea de imágenes a través de luchar contra la televisión por satélite han hecho grandes potencias menos dispuestas a apoyar la debilidad de los estados, participar en el despliegue de combate extranjero que tienen poco valor ideológico, o participar en las guerras civiles en el extranjero. Somalia es un ejemplo de ello. Después de que las fuerzas norteamericanas sufrieran 18 bajas durante una batalla en Mogadishu en 1993, el Presidente Clinton retiró las fuerzas de EE.UU. fuera del país africano sin ley.
Un año más tarde, cuando estalló el genocidio en Ruanda, no intervino potencia extranjera alguna y cientos de miles de personas fueron asesinadas.
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