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Lanzaron señales acústicas y luminosas a la Policía del Peñón. Los agentes pisaron tierra.
El Gobierno y las autoridades de la Roca zanjan la polémica
Los guardias civiles avisaron a Gibraltar de su operación
Interior asegura que la Policía gibraltareña no retuvo a los guardias civiles, sino que pidieron «que les acompañaran».
9 Diciembre 09 - Madrid - F. de la Peña Compártelo:
Los cuatro guardias civiles que fueron retenidos por Gibraltar el pasado lunes alertaron a la Policía del Peñón de su operación. Al comienzo de su persecución a una lancha de narcotraficantes, los agentes realizaron señales acústicas y luminosas para alertar a los policías que se encontraban en el muelle del puerto gibraltareño, según la nota informativa remitida ayer por el Ministerio del Interior.
En el mismo texto, el departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba reconoce, como también hizo su compañero de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que los cuatro agentes pisaron suelo gibraltareño. Lo hicieron cuando en plena persecución, la embarcación sospechosa embarrancó en tierra y sus ocupantes salieron corriendo. Los guardias civiles, «en caliente», según Moratinos, no dudaron en perseguirles hasta el final, incluso dentro del territorio del Peñón. La «persecución en caliente» es una figura contemplada dentro del acuerdo de Schengen que permite perseguir a un delincuente fuera de las fronteras del propio país si ambos comparten este acuerdo. El problema es que con Gibraltar no existe este tratado.
Según la nota enviada ayer por el Ministerio del Interior, la Policía de Gibraltar se hizo cargo de los dos sospechosos «y pidió a los guardias civiles que les acompañaran a las dependencias policiales». Así reduce de retención de los cuatro agentes a acompañamiento a la comisaría, dejando en el aire si fueron o no retenidos. En todo caso, asegura Interior, los agentes españoles fueron tratados en todo momento de modo «muy correcto».
Las inmediatas disculpas de Rubalcaba ante el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, parece que zanjaron cualquier tipo de polémica. El ministro del Interior aseguró al líder gibraltareño que lamentaba el incidente y que se trataba de un hecho «excepcional».
Ayer, tanto Moratinos como Caruana dieron por cerrada la polémica. Eso sí, el ministro principal del Peñón calificó el incidente como «muy grave» y afirmó que «no hubo contacto a través de las radios entre unos agentes y otros, ya que de ser así la Policía de Gibraltar hubiese colaborado».
Ayer, las autoridades de la Roca devolvieron a la Guardia Civil las armas y la embarcación requisadas después de haber realizado «las pruebas oportunas».
Rapidez en las explicaciones
Por su parte, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió ayer al Gobierno que sea «tan rápido a la hora de pedir explicaciones como lo es al pedir disculpas», ya que, según recalcó, en el incidente con Gibraltar han pedido esas disculpas «sin que la opinión pública sepa de verdad que sucedió ayer». Comparó estas disculpas con la tardanza en pedir explicaciones por el tiroteo de la Armada británica a la bandera española.
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Sus compañeros apoyan a los detenidos porque «cumplieron con su deber»
«Que nos digan cómo perseguir a narcotraficantes para hacerlo bien»
«No tiene sentido que haya guardias civiles en Mauritania y no tengamos problemas, y en el Estrecho los haya», apuntan.
9 Diciembre 09 - Madrid - Fernando Cancio Compártelo:
«Llevamos años pidiendo un protocolo de actuación para hacer lo correcto».
De nuevo, la misma reclamación. Y de nuevo, los mismo protagonistas: los agentes de la Guardia Civil y la Policía de Gibraltar. El último encontronazo ocurrido en aguas del Estrecho la noche del lunes, que acabó con cuatro agentes detenidos en El Peñón, ha reabierto las quejas de los miembros del Instituto Armado que sólo quieren «saber cómo actuar y que los perjudicados sean sólo los delincuentes y no los agentes», tal y como aseguraron ayer desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que salieron en defensa de sus compañeros para mostrarles su apoyo.
Y es que, lo que los agentes que patrullan por lo que denominan «la zona más caliente del mundo en narcotráfico, inmigración y entrada de terroristas islámicos», siguen sin entender es la «falta de colaboración con Gibraltar. Lo que no tiene sentido es que haya guardias civiles destinados en Mauritania y no tengamos ningún problema, y que aquí en el Estrecho los haya», aseguran los agentes.
Los propios guardias aseguran que no quieren mezclar la política con este asunto, pero advierten de que «es muy peligroso» seguir sin un plan de actuación, pues han constatado como cada vez hay más delincuentes españoles que deciden escapar de las patrullas por la zona que controlan las embarcaciones gibraltareñas y burlar así los controles. Por ejemplo, los sospechosos de la noche del lunes, dos ciudadanos gallegos que finalmente quedaron arrestados en Gibraltar después de que los agentes españoles les detuvieran tras una persecución.
Pero con ellos estuvieron también unas horas detenidos los cuatro guardias civiles, a los que se les retiraron las armas y llevaron a comisaría hasta que finalmente por la noche pudieron regresar a España. Algo que tampoco llegan a entender, pues «el derecho internacional marítimo reconoce que una persecución en caliente –como en la que acabaron retenidos los agentes– se debe perseguir el delito», aseguran. Por ello, vuelven a pedir, por enésima vez, «que nos digan cómo se persigue en caliente a narcotraficantes y terroristas para hacerlo bien».
Por su parte, ayer tanto el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se apresuraron a pedir disculpas al Gobierno de Gibraltar. Moratinos señaló que los agentes «parece que llegaron a lo que es el propio Gibraltar» y anunció que está en marcha una investigación para aclarar lo ocurrido, al tiempo que apuntó que «esperemos que no se repita», informa J. Valero. Ante esto, la AUGC asegura que «no abandonaremos a los agentes» porque «han cumplido su deber».
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La milicia es una religión de hombres honrados.
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Pedro Calderón de la Barca. Soldado de Infantería Español.
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