Registrado: 21 May 2007 21:48 Mensajes: 2709 Ubicación: Madrid.
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Buenas.
Puede ser de interés, a mi, me ha dado que pensar:
Fuente: http://www.belt.es/expertos/home2_experto.asp?id=5875
Rafael Bardají
Director del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) Director de Estudios Internacionales de FAES Consultor del Instituto for Foreign Policy Analysis de los Estados Unidos
Fuerzas Armadas españolas en 2036: anoréxicas y con Alzheimer
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En buena lógica, la “cantidad” y la naturaleza de la defensa de un país debería estar en función del nivel de ambición nacional, de los riesgos que puede sufrir y de las amenazas a las que se tendrá que enfrentar.
Pero la política de defensa y las Fuerzas Armadas españolas de 2036 en poco o nada responderán a cuestiones estratégicas, sino que serán la expresión del peso de la tradición, de los constreñimientos presupuestarios y del suicidio demográfico de nuestra población.
Aunque es común asumir que vivimos en una constante revolución tecnológica que todo lo cambia y que todo promete, los temas de defensa presentan una notable continuidad y, salvo acontecimientos verdaderamente dramáticos de por medio, como perder una guerra, una evolución bastante lenta.
Para hacerse una idea, el avión de combate que está entrando ahora mismo en servicio, el eurofighter, es un diseño de los años ochenta, desarrollado en los noventa, empezado a producir a comienzos de este siglo y cuyas entregas aún no han concluido. ¡Para un total de 43 aparatos! Si se continuara con la tercera fase, la flota de aviones habría tardado casi cuarenta años en entregarse desde que se diseñó.
De ahí que, en contra de los sueños de la ciencia ficción, es poco probable que veamos una revolución en los sistemas de armas en manos de nuestros ejércitos, porque lo que se está produciendo hoy o se está a punto de adquirir, tendrá una vida operativa que superará los próximos 25 años.
Más que de la revolución tecnológica, las fuerzas armadas españolas de 2036 serán hijas de una doble crisis, la económica y la demográfica. Para empezar, y dejando de lado los recortes que puedan venir en una época de austeridad, el Ministerio de Defensa tiene una deuda acumulada de 26.000 millones de euros relativa a los anticipos de sus grandes programas de adquisición.
Aunque se dedicara todo el dinero de inversiones a pagar esa deuda, en 2036 seguirían pendientes cerca de quince mil millones. En realidad más, de proseguirse con los planes de nuevos sistemas que en la próxima legislatura pueden representar la cantidad de unos 3.000 millones y, con las necesarias reposiciones por obsolescencia, otros 25.000 millones más desde 2018 a 2036.
Las Fuerzas Armadas no podrán pagar lo que quieren comprar y si lo hacen a crédito, como hasta ahora, la deuda se los comerá. Aún peor, habida cuenta de lo caro que resulta el mantenimiento de los nuevos sistemas, tendrán serias dificultades para poder operar lo que adquieran. Lo más probable es que esta espiral se resuelva con una doble cancelación. De la deuda y de buena parte de los programas de material. Por mucho que se quiera incrementar el presupuesto de Defensa desde los mínimos históricos de hoy, tan sólo el 0,67% del PIB, es difícil entrever escenario alguno donde nuestros ejércitos recuperen su capacidad de compra.
Crisis demográfica
La segunda crisis es todavía menos elástica: el nicho de población que pueda estar en edad de alistarse en los ejércitos va a experimentar un drástico descenso. Si en 2010 los españoles que se encontraban en edad de poder entrar a formar parte de la familia militar, esto es, los comprendidos entre 18 y 27 años, eran aproximadamente casi 5 millones y medio; en 2036 esa cifra habrá caído algo más del 20% hasta los pocos más de 4 millones.
Puede parecer a primera vista mucho, pero si sabemos, como sabemos, que históricamente sólo un 0,2% de ese grupo de población siente algún interés por lo militar, estaríamos en realidad hablando de que en 2036 sólo unos 8.000 jóvenes podrían ingresar en el mejor de los casos en las Fuerzas Armadas.
¿Suficiente para mantener el actual nivel de tropa y marinería? Apenas, ya que también sabemos que al año suele salir del los ejércitos en torno al 13% del total de sus efectivos. Con toda probabilidad, la Guardia Civil será más numerosa que las Fuerzas Armadas en su conjunto, que podrían caer, en su totalidad, a no más de 80.000 efectivos. Y posiblemente menos.
Un problema añadido son las también las carencias de nuestros aliados. No hay país europeo que no se esté replanteando su defensa a la baja. Y aunque la voluntad política y el apoyo social hacia la defensa pueda ser mayor que en España, la crisis se lleva toda voluntad por delante.
Los países de la OTAN, con la excepción de los Estados Unidos, están al borde de perder capacidades básicas. Lo ha dicho el antiguo secretario de Defensa americano, Robert Gates, y lo ha ratificado con números y en detalle un reciente estudio del American Enterprise Institute. La OTAN será cada vez más un muerto viviente, un zombi. Si Libia es el modelo a seguir, como ahora se dice grandilocuentemente, la defensa en Europa no levantará cabeza, pues se han visto cruelmente las graves deficiencias de nuestras Fuerzas Armadas y sólo por una campaña aérea limitada.
Y lo peor de todo es que esta defensa anoréxica a la que nos condenamos, debería darnos garantías de seguridad ante un entorno que no promete nada bueno: los cambios en el norte de África se están torciendo políticamente y la incapacidad para dar un salto económico sólo apunta a mayor inestabilidad en la zona.
Si en 2036 no son estados fallidos, consumidos por conflictos internos, serán seguramente estados nucleares, inspirados o forzados por la adquisición iraní de su bomba atómica. Sin dinero y apenas sin soldados, la España de 2036 se deberá preguntar entonces qué pasa y qué hace con su defensa.
Fuente: Expansión Fecha: 05/10/11
_________________ La milicia es una religión de hombres honrados.
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Pedro Calderón de la Barca. Soldado de Infantería Español.
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