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 Asunto: Liderazgo
NotaPublicado: 29 May 2007 23:14 
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leonpro escribió:
os dejo aqui un articulo sobre el liderazgo en la fuerza aerea,aunque lo veo extrapolable a otras situaciones:

Perspectiva de un Líder de Grado Superior

http://www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/apj-s/2006/1tri06/hornburg.html


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:15 
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Cecilio Andrade escribió:
PRINCIPIOS DE LIDERAZGO

Fuente: U.S. Army


1-1. GENERAL. Liderazgo es el elemento más importante del poder de combate. El liderazgo provee el propósito, la dirección y la motivación en el combate. El líder determina que la maniobra, la potencia de fuego y la protección se lleven al máximo, asegura que estos elementos estén efectivamente balanceados y decide cuándo aplicarlos contra el enemigo.

a. PRINCIPIOS DE LIDERAZGO

(1) SER –

(a) TÉCNICA Y TACTICAMENTE COMPETENTE:
Puede cumplir todas las tareas al nivel requerido para llevar a cabo la misión de tiempo de guerra.

(b) POSEER RASGOS PROFESIONALES: Valor, Dedicación, Sinceridad, Competencia e Integridad.

(2) CONOCER –

(a) Cuatro elementos principales de liderazgo y de qué manera influyen entre sí: el Dirigido, el Líder, la Situación y Comunicaciones.

(b) Conocerse a sí mismo y buscar su propio adelanto: Puntos fuertes y débiles de su carácter, conocimientos y aptitudes. Perfeccionar continuamente sus puntos fuertes y trabajar para superar los débiles.

(c) A sus soldados y vigilar su bienestar. Capacitarlos para los rigores del combate, velar por sus necesidades físicas/de seguridad y disciplinarlos/premiarlos.

(3) HACER –

(a) BUSCAR RESPONSABILIDAD Y HACERSE RESPONSABLE POR SUS ACCIONES:
Los líderes deben tomar la iniciativa, ser ingeniosos y aprovechar las oportunidades en el campo de batalla que conduzcan a la victoria. Aceptare criticas justas y tomar las medidas para corregir errores.

(b) TOMAR DECISIONES SÓLIDAS Y OPORTUNAS: Evaluar la situación y tomar decisiones sólidas rápidamente. Recoger información esencial, anunciar las decisiones a tiempo para que los soldados puedan reaccionar, y considerar los efectos a corto y largo plazo de su decisión.

(c) DAR EL EJEMPLO: Ser un modelo para sus soldados. Establecer estándares altos pero alcanzables, estar listo a hacer lo que requiere de sus soldados y compartir con ellos los peligros y dificultades.

(d) MANTENGA INFORMADOS A SUS SUBORDINADOS: Mantener informados a sus subordinados les ayuda a tomar decisiones y ejecutar planes de acuerdo con vuestros propósitos, estimular la iniciativa, mejorar el trabajo de equipo y elevar la moral.

(e) DESARROLLAR EL SENTIDO DE RESPONSABILIDAD EN LOS SUBORDINADOS: Enseñar, poner a prueba y desarrollar a los subordinados. Delegar indica que usted confía en sus subordinados y hará que deseen tener aún más responsabilidades.

(f) ASEGURAR QUE LA TAREA SEA COMPRENDIDA, SUPERVISADA Y CONSUMADA: Los soldados necesitan saber qué espera usted de ellos: qué es lo que desea que se haga, cuál es el estándar y para cuándo.

(g) FORMAR EL EQUIPO: Entrene y vuelva a entrenar a sus soldados hasta que tengan confianza en las aptitudes técnicas/tácticas del equipo. Desarrolle un espíritu de equipo que les motive ir al combate bien dispuestos y confiados.

(h) EMPLEE A SU UNIDAD DE ACUERDO CON SUS CAPACIDADES: Conozca la capacidad y limitaciones de su unidad. Como líder es su responsabilidad reconocer ambos elementos y emplear a su patrulla en consecuencia.


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:17 
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Cecilio Andrade escribió:
Principios de Liderazgo.

• Conózcase a sí mismo y busque mejorarse.
• Sea experto tanto técnica como tácticamente.
• Desarrolle un sentido de responsabilidad entre sus subordinados.
• Tome decisiones sólidas y oportunas.
• De el ejemplo. Guíe con el ejemplo.
• Conozca a su personal y vele por su bienestar.
• Mantenga informado a su personal.
• Busque la responsabilidad y asuma responsabilidad por sus acciones.
• Asegúrese que las tareas asignadas sean comprendidas, supervisadas y consumadas.
• Capacite a su personal como un equipo. Construya su equipo.
• Utilice a su personal de acuerdo con sus capacidades.
• Posea rasgos profesionales (arrojo, dedicación, sinceridad, competencia, integridad).


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:18 
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Cecilio Andrade escribió:
Filosofía Básica de Soldadesca
Por el Coronel Glover Johns


1. Tratar de hacer bien las cosas pequeñas.

2. Ser un realizador y un iniciador – agresividad e iniciativa son las cualidades más admiradas en un líder – pero también debe descansar y PENSAR.

3. Esforzarse por mejorar mediante una constante auto-evaluación.

4. Nunca esté satisfecho. Con respecto a cualquier proyecto pregúntese: ¿Puede hacerse mejor?

5. No inspeccione o supervise en exceso. Permita que sus líderes cometan errores durante el entrenamiento, de manera que puedan sacar provecho de esos errores y no los cometan en el combate.

6. Mantenga a las tropas informadas, decirles “el qué, cuándo y por qué” les da confianza.

7. Cuanto más duro sea el entrenamiento, más será lo que las tropas alardeen.

8. Entusiasmo, imparcialidad y valor moral y físico – cuatro de los más importantes aspectos de las dotes de mando.

9. Teatralidad – una técnica vital del liderato.

10. La capacidad de hablar y escribir bien – dos herramientas esenciales del liderato.

11. Hay una gran diferencia entre profanidad y obscenidad; si bien un líder emplea profanidad (atemperada con discreción), nunca utiliza obscenidades.

12. Sea considerado con los demás.

13. Vociferar le resta dignidad: lleve a los hombres a un lado para aconsejarles.

14. Entienda y utilice el discernimiento; sepa cuándo dejar de pelear por algo que usted crea es correcto. Discuta y razone su punto de vista hasta que se adopte una decisión, y luego apoye con entusiasmo esa decisión.

15. Adelántesele siempre a su jefe.


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:18 
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Cecilio Andrade escribió:
“Cuanto más duro sea el entrenamiento, más será lo que las tropas alardeen.”

- Coronel Glover Johns

"Tenemos que tener la capacidad de cambio, o nos van a destruir a tiros. Nada se mantiene igual en la guerra."

General Jeorge Patton

"Aquel que se detiene de ser el mejor para de ser bueno."

Oliver Cromwell

"Cualquier entrenador que no pare de patearle el trasero a su equipo terminara pateandose el mismo."

Pat Riley

"No tengas miedo al fracaso si no a no intentarlo."

General Colin Powell

"Donde hay miedo al fracaso, hay fracaso."

General Jeorge Patton

"Mientras mas se sude y sangre durante entrenamiento menos se sangrara en el campo de batalla y mas rapido morira el enemigo"

Capt. Richard Marcinko (Fundador de SEAL Team 6)


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:19 
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Cecilio Andrade escribió:
Líderes ¿Todavía existen?

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LA NECESIDAD DEL LIDER EN EL MUNDO ACTUAL.


Todos aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir saben muy bien que el Hombre es el factor determinante para el cumplimiento de los objetivos.

Además, los militares sabemos que el valor de los principios del arte de la guerra y procedimientos utilizados en el combate reside en el hombre. La preocupación por dotarle de una esmerada educación moral, de una excelente preparación física y de una sólida instrucción profesional no termina nunca.

Desde la antigüedad, todo jefe militar ha sido consciente de la existencia de una fuerza capaz de empujar al combatiente a conseguir los objetivos marcados, vencer el natural instinto de conservación y arriesgar aquello que tiene más valor para él, como es su propia vida.

Por otra parte, el combate moderno exige una mayor dispersión en el campo de batalla. Así, el soldado, lejos de integrar las apretadas formaciones de antaño bajo la continua y atenta mirada de su jefe, se encuentra en muchas ocasiones formando pequeños núcleos de combatientes, con responsabilidades e iniciativa. Por encima del temor y del castigo es necesaria más que nunca esa fuerza capaz de cohesionar voluntades, sentido de la misión y confianza mutua.

Esa fuerza es aquella que genera un líder y que no puede ser proporcionada por un jefe simplemente por el ejercicio de su autoridad.

Así, podemos descubrir a un líder en aquellas situaciones en las que, al dar una orden, ésta es cumplida con íntimo convencimiento, o cuando despierta entusiasmo y es modelo imitado por sus hombres.

Todos sabemos que no valen recetas para ser líder. Los hombres y las circunstancias cambian y esto influye decisivamente en el ejercicio del mando, siendo también factores de influencia notable las propias características y personalidad del jefe.

Por otra parte, el ejercicio del mando ha de adaptarse a las circunstancias actuales de la sociedad y cultura en que vivimos, sus características, peculiaridades y valores.

Siendo conscientes de estas variables que afectan al mando, existen también una serie de constantes que perduran a través del tiempo y que es preciso considerar: el afán de superación, la necesidad de compromiso y dignidad, la necesidad de autoridad y de unidad de doctrina, la disciplina, la jerarquía o la necesaria unidad, entre otras.

En la sociedad actual existen aspectos hacia los que todo líder debe mostrar una especial sensibilidad:

— La necesidad de autoridad y eficacia, pero la negación del abuso de autoridad y la arbitrariedad.
— La necesidad del desarrollo personal de los subordinados, que demanda más responsabilidad y autonomía.
— La necesidad de una formación que incluya, en la instrucción, principios pedagógicos, actividad y participación.
— La necesidad de atención personal en contraste con la masificación, el derecho a la dignidad y a la consideración.

DEFINICIÓN DEL LÍDER.

Existen numerosas definiciones de líder, casi tantas como investigadores han estudiado sobre el tema, pero con carácter general se puede decir que se considera líder a la persona que es capaz de influir en un grupo con el fin de alcanzar unos objetivos sin que sus miembros se sientan coaccionados.

Cuando esta persona ejerce la responsabilidad del mando designado por la Organización estaríamos ante un líder formal, y cuando este liderazgo es elegido por los propios miembros del grupo o surge de forma espontánea, en este caso el líder es informal.

De todas formas, para llegar a una definición completa de liderazgo es inevitable hacer referencia al hecho de que todo líder lo es porque existe un contingente de personas más o menos numeroso que se sitúan detrás de él y avanzan a su ritmo: los seguidores. La naturaleza del liderazgo es, pues, indiscutiblemente, social. Su influencia predominante se ejerce sobre las personas, y se mantiene como líder gracias también a la aceptación que le brindan esas mismas personas.

En este sentido podemos aludir a una serie de creencias que los seguidores tienen sobre su líder que son reforzadas por la propia actuación de aquél:

— Es alguien competente en el más amplio sentido de la palabra. Sabe cuál es la mejor manera de hacer las cosas. Este “saber hacer” le viene de los amplios conocimientos que tiene sobre su profesión y de su habilidad para distribuir convenientemente las tareas a ejecutar entre sus hombres, de forma que cada uno realice aquellas para las que está más capacitado.
— Se preocupa por sus hombres: No sólo le preocupa el cumplimiento de la misión, sino también la situación en que se encuentran sus subordinados.
— Las cosas no se hacen simplemente por hacer: El líder es capaz de transmitir a sus hombres la firme convicción de que las acciones que se realizan tienen siempre una utilidad, aunque a veces no lo parezca.
— Él mismo se involucra en la misión: Después de dar las directrices de actuación a sus hombres no les “abandona” a su suerte. Para él no existe el “búscate la vida”. Apoya a sus hombres en todo momento, estando pendiente de las dificultades que puedan surgir para intentar superarlas. También les apoya moralmente, dándoles ánimos para continuar cuando lo necesitan. Es ese hombre que sabe estar siempre en el momento y en el lugar oportunos. Su propio esfuerzo y su total entrega es el mejor modelo a seguir por los que lidera.

Por otro lado, siempre que se habla del líder, en un sentido general, pudiera parecer que se hace referencia a hombres “importantes”, muy ilustres, que ocupan altos cargos, y que mueven a un gran número de personas; pues bien, nada más lejos de la realidad, hoy quizás más que nunca, las Organizaciones necesitan líderes a todos los niveles, y las Fuerzas Armadas con mayor motivo si cabe.

Ser líder no es algo sencillo, y sobre todo no es algo abstracto: Por el contrario, el líder seguirá siendo valorado como tal en tanto en cuanto se vayan alcanzando resultados atribuibles a las directrices marcadas por él y considerados como positivos por los seguidores. Un fracaso puede provocar un daño tal que haga “olvidar” el beneficio de muchos éxitos anteriores, y esto es algo que el líder debe tener muy presente para luchar contra dos tipos de grandes perjuicios que puede provocar:

— Sobre los seguidores: Cuando éstos han perdido la fe y la confianza en el líder, éste debe afrontar la cuestión más difícil de su liderazgo: “liderar en la adversidad”, recuperar la confianza perdida.
— Sobre el propio líder: Debe evitar el desaliento ante la adversidad cuando, a pesar de todos sus esfuerzos, no ha conseguido llegar con éxito a la meta.

El moderno concepto de liderazgo se debe basar en: “hacer las cosas bien, mejorándolas continuamente, buscando no cometer errores, pero siendo al mismo tiempo capaces de asumirlos en caso de producirse y evitarlos en el futuro aprendiendo de la experiencia”.

En definitiva, el liderazgo no es algo fácil de conseguir, ni de construir, ni de mantener, pero no nos debemos dejar amilanar por ello, tampoco es imposible, y desde luego, si se intenta alcanzar con todas las fuerzas, cada día se estará un poco más cerca de conseguirlo.


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:20 
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Cecilio Andrade escribió:
CUALIDADES DEL LÍDER.

Se define el término cualidad como la “Manera de ser de una persona o cosa”.

Las cualidades de una persona, pues, aluden directamente a su forma de ser, es decir, a su esencia o naturaleza particular, y se aplican directamente a la misma en forma de adjetivos, que definen sus características más significativas, en base a las cuales se distinguen unas de otras. Decimos así de una persona que es alta o baja, inteligente o torpe, guapa o fea, realista o idealista.

Esta “manera de ser”, por otro lado, se concibe por lo general como algo más bien estable e intrínseco a la persona, o cuando menos, como algo muy difícil de modificar:

“Cada uno es como es”.

Esta expresión forma parte de nuestro lenguaje cotidiano y la utilizamos a menudo para referirnos a alguien cuya manera de pensar no nos parece adecuada, pero ante la que, sin embargo, admitimos que no hay nada que hacer porque está más bien fuera del control tanto de la persona a la que “afecta” como de los que la rodean, y que, por tanto, hay que asumir o incluso “soportar” sin más remedio.

Nos sentimos manejados por nuestra manera de ser en muchas ocasiones, hasta tal punto que a lo más que aspiramos es a intentar subsanar, cuando se producen, los perjuicios que se deriven de ella para nosotros mismos o para los demás.

Por tanto, se plantea la necesidad de recuperar y potenciar los recursos de la persona. Para ello, en ocasiones, será necesario efectuar un cambio, que llevaremos a cabo a través de los siguientes pasos:

— Primeramente, una toma de conciencia de cómo se es.
— En segundo lugar, partiendo de esta información sobre nosotros mismos, necesitaremos hacer una autoevaluación crítica de nuestra manera de ser para así decidir qué aspectos consideramos positivos y cuáles negativos.
— A continuación, necesitaremos establecer qué tipo de estrategias de actuación vamos a llevar a la práctica para propiciar los cambios deseados.
— Por último, una vez que hayamos racionalizado lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer, debemos suscribir un compromiso de cambio con nosotros mismos.

Partiendo de este planteamiento, las cualidades que describimos a continuación para ser un buen líder significan, más que un punto de partida, un objetivo a conseguir al alcance de todos. Se trata de proponérselo y de intentar alcanzar las cotas más altas de que seamos capaces, contando con que es un hecho que el ser humano es limitado y necesita procesos de adaptación graduales a los cambios.

Por tanto, nadie debe sentirse desanimado por sus limitaciones; al contrario, si se está convencido de que alguna cualidad no está lo suficientemente desarrollada, éste es el primer paso importante a dar, ya que constituye el principio del esquema señalado para propiciar el cambio: “Darse cuenta”, “Tomar conciencia”. Haber sido capaces de reconocer ante nosotros mismos nuestras deficiencias o limitaciones es lo más difícil de conseguir. Vivir de espaldas a la realidad es algo que no nos ayuda a crecer. Debemos hacer un esfuerzo consciente por intentar “escapar” de todas las “etiquetas” que hayamos podido llevar con nosotros a lo largo de nuestra vida, puestas por nosotros mismos o por los demás, y sentirnos guías de nuestros propios actos.

También un líder debe tener siempre presente que no está solo y que pertenece a una organización que se rige por unas pautas precisas. En este sentido, el líder ha de ser una persona adaptada a su ambiente y comprometido con los principios y valores de la Institución a la que pertenece para poder sentirse parte de ella. Debe recapacitar acerca de si sus propios principios y valores personales van en la línea de los institucionales a los que debe servir.

Si el resultado es positivo, está donde debe estar. Si el resultado es negativo, deberá buscar, por su bien y por el de la Institución, su propia identidad en algún otro lugar.

Cuando nos sentimos parte de la Institución a la que servimos y, por tanto, entregados a ella, tenemos el derecho y el deber de intentar mejorar todo aquello que consideremos inadecuado. Así, nuestro esfuerzo redundará en el beneficio personal y en el institucional por añadidura, y salpicará también a todos los que estén encuadrados en nuestro círculo de influencia, que a su vez podrán poner en marcha nuevas mejoras, de manera que este proceder se extienda más allá de donde nosotros podemos percibir.

También es una responsabilidad asumida por la Institución el posibilitar a sus miembros el apoyo suficiente para fomentar la consecución de estos objetivos profesionales de mejora y perfeccionamiento.

Una de las mejores formas de avanzar en cualquier profesión, y por supuesto en la carrera de las armas, es la de no mirar hacia arriba, sino hacia abajo para ayudar a los que vienen detrás. Si un líder sólo mira hacia arriba, es casi seguro que creará una zona de vacío tras de sí que, tarde o temprano, le arrastrará hacia abajo.

Resumiendo tenemos una serie de cualidades que es responsabilidad nuestra el desarrollar, cuidar y cultivar, en nosotros mismos y en nuestro entorno.

A saber:
 Coherencia.
 Competencia.
 Entusiasmo.
 Confianza en sí mismo.
 Valor.
 Constancia.
 Iniciativa.
 Integridad.
 Responsabilidad.


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:21 
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Cecilio Andrade escribió:
Coherencia.

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“Actúa como piensas o acabarás pensando como actúas”.


Coherencia es la conexión, relación o unión de unas cosas con otras. Las actuaciones de un líder deben estar guiadas siempre por los principios y valores que defiende como válidos, y que debe intentar que asimilen también sus subordinados. Lógicamente, estos valores han de coincidir con los de la Institución a la que sirve. El instrumento para demostrar esta coherencia será, fundamentalmente, el ejemplo. Debe existir en todo momento una perfecta concordancia entre lo que el líder dice que se debe hacer y lo que él mismo hace. Siendo así, se erigirá en un verdadero modelo de conducta a seguir por sus subordinados. Un líder debe dar un buen ejemplo constantemente, sus subordinados necesitan y quieren tener en él a un modelo de conducta. Esto es una gran responsabilidad, pero no hay elección; si se espera coraje, competencia, franqueza, compromiso de integridad en sus hombres, el jefe deberá mostrárselo primero. El líder debe compartir peligros, penas y alegrías con ellos.

Esta conducta que el líder exhibe, potenciará el respeto y la confianza de sus subordinados, que reconocerán en él a un hombre formal, del que se sabe lo que esperar, cuando observen que su conducta se encuadra en una línea de actuación constante, tiene una dirección predecible: “Se le ve venir”. Ahora bien, el jefe que se acostumbra a obrar bien solamente para dar ejemplo llega a hacerse un esclavo de las apariencias, y, aunque se reconozca imperfecto en algo, no se esforzará en mejorarlo, sino en que “no se le note”. Esta dependencia de la imagen es negativa para todo líder porque, tarde o temprano, salen todos sus verdaderos rasgos a la superficie, y unos subordinados desengañados son muy difíciles de motivar.

Quiéralo o no, el jefe es el blanco de todas las miradas de sus subordinados: si es apreciado, para imitarlo; si odiado, para criticarlo.

El ejemplo es decisivo porque concreta todas las normas de mando en algo que está al alcance de todos. Por eso, si hay contradicción entre lo que un jefe dice y lo que hace, desanimará a los débiles, rebelará a los fuertes, y escandalizará a todos.

El jefe que se abandona a la ley del mínimo esfuerzo provocará que sus subordinados tiendan a hacer lo mismo. Nunca debe olvidar que sus acciones hablan más fuerte que su voz. En su ejemplo deben condensarse y apreciarse todas las reglas del arte de dirigir, de ser líder.

El ser coherente implica también que el líder debe ser una persona prudente, que no promete aquello que no puede cumplir y que no fomenta expectativas que no se pueden realizar, ya que hacer esto supondría un grave perjuicio para la confianza de sus subordinados en momentos posteriores.

Esta coherencia que se exige al líder también está estrechamente relacionada con otro factor: el sentido de la justicia que debe imperar en todas sus decisiones. Por encima de inclinaciones personales o circunstancias específicas debe predominar el trato equitativo hacia sus subordinados. Cuando deba decidir en temas relacionados con la disciplina, tiene que procurar que su decisión esté fundamentalmente basada en un análisis detallado de los hechos que se hayan producido y sometida siempre al criterio de la legalidad.

El juicio basado en lo que está marcado por las normas es fácil de comprender y de aceptar. Lo que provoca rechazo, por el contrario, son aspectos como la falta de criterio fijo en la aplicación de la disciplina o las diferenciaciones que estén basadas en actitudes de favor hacia el subordinado que ha cometido la falta.

Por otra parte, es evidente que la valoración que hacen los subordinados del grado de coherencia con que actúa su mando está basada en una interpretación de su forma de proceder. Por tanto, es necesario que, en la medida de lo posible, el líder se comunique con sus hombres, intentándoles transmitir, de la forma más clara posible, cuáles son los motivos de su actuación. De lo contrario, por lo general, sus subordinados elaborarán una explicación para su modo de proceder que, en algunas ocasiones, pudiera no ser la real, construyendo así una imagen equivocada de su líder.


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NotaPublicado: 29 May 2007 23:22 
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Registrado: 18 May 2007 13:54
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Cecilio Andrade escribió:
Competencia.

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“La inmoralidad más grande es desempeñar un oficio que no se conoce”.


La competencia es la aptitud e idoneidad para el buen desempeño o ejercicio de algo. Una persona es competente cuando es buena conocedora de una técnica, de una disciplina o de un arte.

Todo líder debe tener una gran competencia profesional sobre la materia en que trabaja, ya que de ella dependerá buena parte del prestigio que goza entre sus subordinados. La competencia de un jefe da seguridad al grupo que dirige. Consiste en tener un conocimiento suficiente de las diferentes materias de su incumbencia.

El líder militar debe estar técnica y tácticamente preparado para ser eficiente en su trabajo. La formación de un militar profesional no acaba nunca.

Además de lo aprendido en las academias, todo jefe debe ampliar sus conocimientos continuamente, preocupándose por actualizar y mejorar las técnicas que ya posee y no contentándose con realizar un trabajo mediocre.

En este sentido, el empeño por intentar acceder a cursos de perfeccionamiento, lectura de manuales o cualquier otro tipo de actividad que pueda ser de utilidad para mejorar el ejercicio profesional debe ser constante.

Su experiencia es también una importante fuente de perfeccionamiento profesional. El análisis y la reflexión sobre su manera de proceder y los resultados que consigue le llevarán al auto-aprendizaje, a la mejora. Si tiene la suficiente capacidad autocrítica comprenderá que lo que hace nunca será perfecto, y por tanto, siempre lo podrá mejorar. Hay personas que niegan esta evidencia y nunca crecen, continúan toda su vida haciendo siempre lo mismo y de la misma manera, conformándose con conseguir resultados aceptables. Como líder no debe ser conformista en este sentido; al contrario, debe buscar siempre mejorar en alguna medida. Esto le llevará a estar orgulloso de su propio esfuerzo. Debe también involucrar a sus subordinados en un esfuerzo común de mejora, ya que ellos se sentirán parte del equipo y, cada uno a su nivel, intentarán contribuir en algo al beneficio del proyecto común.

Muchas veces usted mismo no será capaz de percibir qué aspectos debe mejorar de su ejercicio profesional, ya que estará habituado a sus procedimientos y le costará intentar descubrir vías de mejora.

Debe estar atento a lo que le comunican sus compañeros, sobre todo los más experimentados, y también a lo que le dicen o le dan a entender sus propios subordinados. Sólo es ignorante aquel que cree que ya lo sabe todo. No ignore este hecho.

La competencia profesional implica algo más que poseer una serie de conocimientos actualizados. Supone, además, la capacidad de saber usarlos convenientemente en el momento oportuno y aprovechar todos los recursos disponibles, materiales y humanos, a su alcance para conseguir realizar sus cometidos.

En este sentido, además de la preparación técnica ya aludida, debe poseer también adecuados conocimientos sobre la manera de tratar a sus hombres y de organizar sus actividades, de fomentar en ellos el espíritu de colaboración y entrega suficiente hacia la tarea para formar un buen equipo. Esto es tan importante como su propio conocimiento, ya que pocas veces en la Institución un solo hombre tiene en su mano la posibilidad de actuar de forma independiente; por el contrario, necesita del equipo, de unidades eficaces, lo que implica que todos los componentes estén motivados para actuar en conjunto y sean uno con sus compañeros y sus mandos.

Al hilo de lo anterior, demostrará también poseer gran competencia cuando ponga en marcha los procedimientos necesarios que estén a su alcance para fomentar el desarrollo profesional de sus subordinados mediante un continuo adiestramiento y entrenamiento.

Un líder competente no sólo es eficaz porque realiza adecuadamente su labor, sino porque también consigue que los subordinados realicen adecuadamente las suyas. Ésta es la base fundamental para el trabajo de un grupo eficaz.

En conclusión, la competencia profesional es imprescindible a todo líder para poder llevar a cabo cualquier misión. Le da confianza en sí mismo y proporciona seguridad a sus subordinados.


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