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Los Donuts y la Coca-Cola....(un vicio que intento no tener nunca en casa)
Os dejo unos chistes:
Avión caído en el cementerio
Últimas noticias: Se ha estrellado un avión en el cementerio de Huelva. Bomberos procedentes de Lepe han rescatado más de 10.000 cadáveres del lugar del siniestro. Seguiremos informando.
Cenicienta pervertida
¿Qué le dice Cenicienta a Pinocho?
Le agarra por los pelos, le pone la cabeza entre sus piernas (las de Cenicienta) y le grita: !MIENTE PINOCHO MIENTE!
Cuestión de gustos[/b]
- ¿Qué es lo qué más te gusta de una mujer?
- A mí las piernas.
- Pues mira, yo es lo primero que aparto.
Los tres pechos
- Doctor, doctor, que veníamos porque mi mujer tiene tres pechos.
- ¡Ah! Y quiere que le extirpe uno de ellos, ¿verdad?
- No, que me implante a mí otra mano.
El lenguaje de las latas
Dos amigos hablando:
- Yo tengo un loro que dice "papá y mamá".
- Y yo una lata que dice "melocotón en almíbar".
La condena
Un reo, cabreado, le cuenta a su compañero de celda.
- ¡Estoy indignado! Me han echado 40 años y sólo tengo 25.
Los periquitos
Llega una señora a confesarse y le dice al cura:
- Padre, tengo un problema.
- Dime hija, ¿cuál es tu problema?
- Fíjese padre que tengo dos periquitas muy bonitas, pero lo único que saben decir es: "¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?"
Le contesta el padre:
- Eso está muy mal, hija, pero le propongo algo: yo tengo un par de periquitos a los que he enseñado a leer la Bíblia y a rezar, tráigame sus periquitas, las ponemos en la misma jaula con mis periquitos y ellos les enseñaran a rezar y leer la Bíblia.
La señora, encantada con la idea, le lleva las periquitas al día siguiente. Al llegar, ve que los periquitos del padre están en su jaulita concentrados, rezando el rosario. Meten a las periquitas en la jaula que, fieles a su costumbre dicen:
- ¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?
Y uno de los periquitos del cura contesta:
- Hermano, ¡guarda los rosarios que nuestras oraciones han sido escuchadas!
La bronca del acomodador
Un hombre se encuentra acostado en un teatro ocupando varias butacas con sus piernas y brazos. Al observar su actitud, el acomodador le pregunta con ironía:
- ¿Está cómodo? ¿Quiere que le traiga un cafecito?
- No tío, llama a una ambulancia que me caí del palco.
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Aquello que no nos mata nos hace más fuertes.
¿Qué es el poder del acero sino el de la mano del hombre que lo maneja?
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