PoL:
Sección de Exploración de Largo Alcance
Las secciones de exploración de largo alcance (SELA(s)) forman parte de las subunidades, con la primordial misión de reunir información sobre el enemigo, el terreno y las condiciones meteorológicas de objetivos del más alto nivel de la conducción, y en la profundidad del territorio enemigo.
Aunque por integrar secciones de comandos todos sus miembros deben estar en condiciones de operar en diferentes ambientes geográficos, bajo cualquier condición meteorológica y utilizando todos los medios para infiltrarse -tanto aéreos, anfibios o terrestres- las SELA(s) de la subunidades de comandos emplean la técnica de paracaidismo de alta infiltración para acceder a muchos de sus objetivos.
Historia
La historia militar reciente recuerda el empleo de patrullas de exploración, insertadas en el dispositivo enemigo con idénticas finalidades.
Durante la I Guerra Mundial, fue escaso su empleo por parte de las fuerzas en conflicto, ya que la tarea estaba confiada a patrullas motorizadas o a aviones de reconocimiento.
En la II Guerra Mundial, observamos una reducida presencia de este tipo de elementos. Dada la situación histórica, con una Europa invadida, en la que era común el empleo de agentes especiales de inteligencia, provenientes de las primeras fuerzas especiales (FFEE), en contacto directo con las resistencias de los países ocupados, las secciones de exploración parecían los elementos más adecuados para reunir información del enemigo.
No sería hasta Vietnam, cuando el ejército estadounidense comprendería la importancia de contar con elementos de comandos organizados, equipados e instruidos para ejecutar operaciones de exploración -convencionales y no convencionales-, llevadas a cabo sobre objetivos trascendentes del potencial nacional y/o militar del enemigo, para satisfacer requerimientos altamente prioritarios de la conducción estratégica militar, operacional, y eventualmente, táctica superior.
Estas operaciones se ejecutaron dentro y fuera del teatro de operaciones. Estaban dirigidas hacia un objetivo o una cadena de éstos, y en algunos casos, contaron con el apoyo de otras fuerzas, regulares o irregulares. Su finalidad fue la de crear condiciones favorables para las operaciones futuras y/ o apoyar las que estaban en desarrollo. El órgano de comando y control se denominó MACSOG.
La alta infiltración
El concepto HALO (high altitude low opening - gran altura baja apertura) fue desarrollado por el 77º GFEA (Grupo de fuerzas especiales norteamericanas) en los años 1957 y 1958.
Pero fue en el Sudeste asiático, entre 1967 y 1971, donde se ejecutaron los primeros intentos de infiltrar pequeñas fracciones altamente especializadas, las cuales saltaron en paracaídas en la frontera entre Laos y Vietnam del Sur. Dichas fracciones abrían a baja altura sus paracaídas, y navegaban con los mismos hasta llegar al territorio enemigo.
Como todo nuevo procedimiento y trabajo de alto riesgo, surgieron incontables errores. Baste decir que, posterior al intenso entrenamiento en paracaidismo que se brindaba a estos elementos de operaciones especiales, de cinco misiones fracasaron cuatro, en tanto sus miembros fueron capturados, torturados y eliminados. Incluso habían fallado las cuestiones relativas al lanzamiento en paracaídas.
Los jefes de los elementos de las FFEE desplegadas en el MACSOG, conscientes de que ni en operaciones especiales, ni en el entrenamiento avanzado, existía el costo cero, continuaron con el desarrollo de la idea, estableciendo un Curso Regular de Alta Infiltración en la Escuela de Guerra Especial JFK, en Fort Bragg, Carolina del Norte.
La indetectabilidad
Debe tenerse en cuenta, que la reunión de información dentro del dispositivo enemigo, sobre objetivos de alto valor, precisa de un alto grado de sigilo y furtividad.
Esto se logra con una adecuada disciplina de enmascaramiento y seguridad, tanto en la infiltración del elemento, como en los desplazamientos, los altos, y en la misma tarea de observación.
Actualmente, mucho más que en el pasado, la brecha tecnológica en los países desarrollados se ha ido incrementando constantemente.
Sensores de todo tipo se instalan en el campo de combate para detectar sonidos, movimientos, e imágenes térmicas e infrarrojas. Incluso se realizan filmaciones para establecer patrones de conducta en determinados lugares, cuestión de poder predecir situaciones originadas por ciertas anomalías en estos comportamientos.
Todo ello, sumado al control satelital de determinados sectores del globo.
Sin duda, la furtividad extrema es la clave de los conflictos del presente y del futuro cercano, ya que lo que no puede ser detectado, no podrá ser eliminado.
En consecuencia, el empleo de: armas silenciadas, posiciones simuladas, preparación territorial, tiradores selectos, engaños -entre otras medidas- sirve para ocultar estas fracciones de los dispositivos de vigilancia del campo de combate.
La técnica HAHO
Como una manera de infiltrar fracciones en territorio enemigo, se puede establecer la técnica de paracaidismo de alta infiltración, conocida como HAHO (high altitude high opening - gran altitud gran apertura).
Esta técnica se realiza actualmente en el país, con paracaídas MT1X. Para desarrollarla, el paracaidista prepara su equipo de combate (mochila, fusil y correaje) en la forma habitual, añadiéndole al mismo, un casco con máscara para recibir oxígeno, un botellón de oxígeno, un navegador satelital y una brújula. Todo ello se acondiciona para el salto en paracaídas, con arneses al efecto.
Para la navegación, deben ser consideradas la intensidad y dirección de los vientos a diferentes alturas, y someter estos datos a una fórmula matemática, que determina, finalmente, el PULGA (punto último de lanzamiento a gran altura). Esos datos se trasladan a una carta, para determinar, por coordenadas, la salida del primer hombre. Asimismo, se determinan referencias sobre lugares físicos del terreno, de tal manera que ellos auxilien la navegación a primera vista.
Estos datos son chequeados con el navegante de la aeronave, quien determina sus propias conclusiones, para establecer, asimismo, la dirección de la corrida del avión.
El cumplimiento de la misión
Los integrantes de las SELA de las Ca Cdo(s) saben que el lanzamiento sólo será un modo de infiltrarlos en la profundidad del dispositivo enemigo, y que deberán continuar con su misión más importante: reunir información al servicio del más alto nivel de la conducción.
En tal sentido, el personal de oficiales y suboficiales dentro de la sección de comandos, debe estar presto a desempeñarse en sus especialidades, ni bien se produzca la llegada a tierra. Así, por ejemplo, el navegante, el radioperador, el paramédico, el explosivista, el tirador especial, deberán proceder a preparar adecuadamente sus equipos especiales, de tal manera que se encuentren en aptitud para proceder al desarrollo de la misión de exploración.
Este tipo de especialización en cada puesto, les asegura a los integrantes de las SELA, un alto nivel de eficiencia en el cumplimiento de sus misiones.
El presente
En la actualidad, existe una excelente colaboración por parte de las tripulaciones del Escuadrón Hércules C-130, con quienes hemos tenido la satisfacción de trabajar y acopiar experiencias respecto de la puesta en práctica de estas técnicas.
En un futuro con características prospectivas tan variables, la información será vital para la toma de decisiones adecuadas.
Y precisamente allí, en la profundidad del dispositivo enemigo, los comandos surgirán sigilosamente implacables, vestidos de noche y sin rostro, explorando y reuniendo información.
Fuente: Revista del Sub oficial
Por la Compañía de Comandos 602