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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 24 Jul 2018 19:32 
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Pasó de ser una militar reconocida a sancionada sólo por querer atender a su hija de dos años. Ha recurrido la sanción que le impuso su sargento por no acudir al desfile de la Inmaculada el pasado 8 de diciembre —no tenía con quién dejar a la pequeña— y se ha tenido que enfrentar a situaciones de acoso, que denuncia desde el anonimato por temor a que haya más represalias.

Ha llegado incluso a pedir ayuda directamente a la ministra de Defensa. Mientras tanto, su marido, que ha dejado el Ejército tras 12 años de servicio, habla libremente para sostener que "la premisa del Ejército es mantener su propia imagen".

El testimonio de la dama legionaria es contundente y muy duro: “Me insultaban en formaciones, un sargento primero llegó a decir que era una hija de la gran $%&ª, llamó a mi marido maricón de mierda, el auxiliar de la compañía me culpaba ante los compañeros porque no podían venderles cerveza o porque salían más tarde". "A la gente le quitas tiempo y cerveza y ya soy la mala”, añade en un correo electrónico enviado a Público.

Y todo ello para que su caso quede archivado. "Después de todo esto y del machaque diario, los insultos, la persecución, el acoso del sargento… el capitán jurídico ha archivado el caso, a pesar de que todo lo que expongo va apoyado con testigos”, escribe esta madre legionaria.
La dama legionaria que denuncia acoso por ser madre. Archivo

La dama legionaria que denuncia acoso por ser madre, en primer término. (Imagen: cuenta de Instagram del Tercio de la Legión)

Es más, según ella, "en mitad de una denuncia de acoso, el capitán, que también ha sido denunciado por lo mismo, propone al sargento para una medalla al mérito militar", un premio publicado en el BOE del pasado 19 de junio. "¿Cuál es el mérito? ¿Abusar de su autoridad? ¿Machacar a la legionaria por ser madre?", se cuestiona.

Toda la documentación recogida —partes de acoso, sanción, recurso, medalla, recurso de IPEC (informe personal de calificación, que cayó drásticamente por la maternidad)— ha sido enviada por correo certificado a la ministra Margarita Robles, "pidiéndole que haga justicia". Ha sido su marido, José, quien envió esta documentación al Ministerio dado que “en la unidad se negaban a tramitarlo, porque todo iba en sobre cerrado”.

Ella, que va a cumplir 10 años como militar en la Legión, no se plantea abandonar, al contrario que su marido, quien de hecho ya está fuera del Ejército.
"Todo por la imagen"

José se licenció el pasado 17 de abril como cabo tras pasar 12 años en el Tercio Juan de Austria 3º de la Legión en la base Álvarez de Sotomayor en Viator (Almería). Él, ya como civil, puede hablar sin temor a represalias. "El Ejército siempre cuida de su imagen, luego ya se verá si se resuelven los problemas o se conoce la verdad de un asunto", comenta a Público en conversación telefónica.

"Yo siempre abogaré por los militares, pero precisamente por eso no se merecen que existan tantos mandos que se aprovechan de ellos", lamenta. "Es imposible que desde dentro puedan cambiar nada, si denuncias desde dentro al final te acusan de ser un mal militar", agrega.
"Siempre abogaré por los militares, pero por eso no se merecen que existan tantos mandos que se aprovechan"

José apunta, por ejemplo, a que si se toman medidas contra el sargento que llamó hija de $%&ª a su esposa ella nunca lo va a conocer. "Si ha recibido una amonestación verbal por ese comentario, es algo que ella nunca va a saber", afirma. "El problema, en este caso, es que nunca sabe uno si va a tener con secuencias o no una denuncia como esta, porque no tienes derecho a saber la consecuencia".

¿Está discriminada la mujer en su bandera? José tiene muy clara la respuesta: de la quincena de mujeres que hay en el Tercio —de un total de 400 miembros ("Las dos banderas que lo integran tienen la misma política", aclara—, "o están en la cocina, dándonos de comer en las maniobras, o en la oficina". Es decir, ellas están o bien en la compañía de abastecimiento o bien en la de apoyo. No hay ninguna mujer combatiente, asegura. Ni una.

"A un par de sargentos y un par de cabos las tienen en chapa y pintura, pero ninguna combatiendo en compañía de fusiles", afirma José, al poner un claro ejemplo de discriminación en la bandera en la que ha servido una docenaaños. "Por eso me hace gracia cuando hablan de igualdad", apunta.

Mientras, su mujer sigue luchando por terminar con el acoso que, según denuncia, sufre desde que fue madre: "Me han tratado como a un despojo", asegura, "me levantaba por las mañanas pensando qué me diría el sargento [condecorado hace un mes], se me aceleraba el corazón cuando lo veía esperándome cada día para decirme lo mala militar que soy sólo por ser madre, por atender a mi hija".
https://www.publico.es/espana/igualdad- ... acoso.html
falcata75 escribió:
Pues yo cada dia tengo mas claro que aqui NO tenemos un Ejercito Profesional, sino un Ejercito Asalariado que No es lo mismo...
¿ Que no tenia con quien dejar la niña ?¿ pero qué mierda es esta? ¿ y si hay conflicto belico què ? ¿ tampoco va porque las guarderias cierran en verano?...
Yo no soy ningun machista retrogrado ni ningun insensible...pero vamos a ser serios...todo no se puede tener en la vida, a veces hay que elegir entre A o B.
Si decides ser militar ya sabes que es un oficio de entrega y sacrificio, para todos,seas hombre o mujer. ESA ES LA IGUALDAD.
Si decide ser madre y está en su derecho,pero es incompatible con esta profesion,que NO es un trabajo cualquiera, pues la solucion es facil...
Y ademas,para mas inri se alista en la Legion...me rio por no llorar...una unidad de infanteria de elite cuya idiosincrasia es la dureza,el sacrificio y la abnegacion ante el deber...una unidad que nació y se creó exclusivamente para hombres bravos,en un terreno hostil y para llevar unas condiciones de vida espartanas y comerse a los enemigos crudos...como sigue siendo la Legion Extranjera francesa en la que se inspiró.
¿ Qué hay de aquello de " Soy soldado de la brava Legion y nada importa mi vida anterior..." ?...Pues eso.

Igual ahí está la clave, si queremos una unidad combativa, muy exigente y con propçosito claro igual hay que copiar el modelo galo (desde luego sabiendo que sus integrantes van a tener menos derechos que sus homólogos de otras unidades), soy un desaforado defensor de que los militares y policías deben/debemos tener todos los derechos laborales y sociales de los funcionarios pero es cierto que hay que hablar sin velos, una unidad que quiera ser referente de disponibilidad y dureza no se puede aplicar el reglamento de la función pública por ello habría que refundar la unidad y los voluntarios que la integrasen (hombres y mujeres) sabrían de antemano el tipo de unidad a la que aspiran(igual compensados con mayores salarios y puestos en la Administración tras su compromiso) , pero hay que ser realista, esto es España y nunca, nunca lo veremos.-
falcata75 escribió:
La Legion No hay que refundarla con los principios de la Legion Extranjera francesa, pues ya nació con esos principios. Y asi se ha mantenido hasta fechas muy muy recientes.( Por cierto los mismos principios de una unidad militar de combate de elite de cualquier pais del mundo ) Esta chica debe asumir que es ella quien debe amoldarse a la Legion, a sus normas,sus principios y su idiosincrasia y No al contrario. Por cierto, los Espiritus del Credo Legionario, que son sus principios fundamentales se los salta a piola y se los pasa por el forro...
Ella se debe amoldar a los programas de instruccion, maniobras y horarios y No la Legion a los suyos particulares o familiares ¡¿ Pero en qué pais vivimos ?!...En una Unidad Militar de Elite No entra ni permanece quien quiere, sino quien puede...Y si no puede, pues puerta...si de mi dependiera estaria en la puñetera calle y con despido super procedente, pues alguien que cobra del dinero de mis impuestos para mi defensa y no cumple con su deber no merece ni es digna de ello, y encima se permite la desfachatez de quejarse a la ministra y a la prensa. Pertenecer a las Fuerzas Armadas y menos aun una unidad de elite como la Legion no es trabajar para el Mercadona.
Por cierto, no me cabe duda de que en este pais hay mas abusos en el mercado laboral que los que ella se encuentra en las Fuerzas Armadas, o piensa que en los demas trabajos puede faltar por no tener con quien dejar a su hija ?
Se queja de que el sargento la insulta, qué cosa mas rara...un sargento dando voces, insultando y menospreciando a la tropa...¿ donde se ha visto eso ??? y en la Legion ademas...
Recomiendo encarecidamente al sargento a que emplee esta formula de trato : " Señorita Dama Legionaria, por favor, le ruego si es tan amable de correr hasta que caiga extenuada si no le importa y no es molestia para su persona. Despues sin animo de molestarla y menos aun de que caiga sobre mi conciencia el estropear sus bonitas uñas de manicura, le conmino a que se arrastre por el barro bajo esa alambrada haciendo la figuracion de que avanzamos bajo fuego enemigo siempre y cuando eso no menoscabe su integridad moral ni suponga para usted que trato de imponer ningun abuso de autoridad ni discriminacion de ningun tipo valgame Dios..."
NO se...a los que siempre nos ha gustado el tema militar, y a los que no tambien, hemos crecido con peliculas como La chaqueta metálica, El sargento de Hierro, o incluso, la de Oficial y caballero... y cuando pisamos por primera vez un cuartel, ya dabamos por hecho que los sargentos nos darian voces y nos regalarian lindezas verbales de todo tipo, y hasta no hace tanto, en unidades mas duras, caian hostias como panes...y encima gratis, porque en la mili no te pagaban un salario público...y nadie se sentia menospreciado ni escribia a los periodicos ni se quejaba a la ministra de Defensa...Y esto no solo es aqui, que vea como entrenan los Marines,los Rangers, los paracaidistas britanicos, los gurkhas, o cualquier otra unidad de elite...y flipará en colores.
A lo mejor esta chica nunca vió una pelicula de tematica militar y a lo mejor se creia que la Legion era una pelicula de Almodovar...
Si repasamos la historia de la Legion desde sus origenes, veremos los requisitos que se pedian en el por entonces denominado Tercio de Extranjeros, una unidad VOLUNTARIA y con unas condiciones de vida realmente espartanas como pocas, hogar y refugio de exconvictos, mercenarios, aventureros de todo tipo y de todas nacionalidades, apatridas, profugos de la justicia o del hambre, gente dura y peligrosa de verdad que venian de la mala vida o de otras guerras como su propio fundador el singular Millan Astray, gente a la que no se le engañaba y tenian claro que iban para carne de cañon, matar o morir, hombres que no tenian nada que perder, forjando en poco tiempo una fama y prestigio internacional, y asi se mantuvo desde los años 20 en que se fundó para la Guerra de Marruecos hasta la llegada de la democracia cuando abandonaron las arenas de Sahara Español ,en que fue perdiendo solera. Y en sus filas se redujo el numero de extranjeros empezando a nutrirse de voluntarios que iban para el Servicio Militar Obligatorio, jovenes bravos y achulancanados con aspiracion a la accion pero que ya no era el refugio y hogar indefinido de gente con historial tan turbio de epocas anteriores. Luego llegaron las Misiones Internacionales y la profesionalizacion con sus oposiciones y la unidad se fue puliendo,descafeinando y domesticando a lo politicamente correcto, y la gente marrullera,chunga y brava que tanto la habia caracterizado,pero tambien por la que se hizo temer y respetar, dió paso a jovenes deportistas y musculados de dieta y gimnasio,los tatuajes presidiarios dieron paso a los tatuajes de diseño y la Leche de Pantera y el vino peleon a los compuestos vitaminicos y al Powerade, y a la incorporacion, pocos años antes impensable, de la mujer. La Dama Legionaria, ahi es poco. Y por otras noticias que van saliendo aquello va camino de ser una mezcla de Eurodisney con Mujeres Hombres y Viceversa...
Respecto a lo que dices de mejor remuneracion y un futuro asegurado para los soldados de tropa...pues todo es relativo. Conozco a militares veteranos que han sudado la camiseta,se han jugado el tipo, acumulan experiencia real y tienen a sus espaldas todo un historial de misiones internacionales y que injustamente, y estupidamente ademas, el Ejercito los hecha cuando cumplen el tiempo,perdiendose grandes profesionales y la experiencia de estos y habiendolo dado todo por sueldos miserables, renunciando a un hogar y haciendo grandes sacrificios familiares y personales, y esto le quema a cualquiera. Esta gente deberia estar compensada, recompensada y aprovechada, no hay duda de ello, lo contrario es una infamia.
Pero tambien conozco muchos chupopteros, vagos que en su momento encontraron plaza en las FAS cuando era facil y no tenian otra cosa, sin vocacion ni interes, con destinos comodos y regalados, horarios de 8 a 2 de la tarde,fines de semana libres y de cada siete dias tres o cuatro los paso en casita, año tras año a la vidorra de funcionario, sin ningun curso,ni maniobras,ni misiones en su historial y con unas panzas cerveceras de aupa...gente que para dar el salto a la Guardia Civil lo han tenido a huevo durante mucho tiempo frente a la gente de la calle, pero que no se han tomado la molestia porque vivian despreocupadamente y muchos hasta compaginando con esos horarios dos trabajos...y claro, cuando llegan a la edad y no han conseguido plaza fija ni dar el salto a los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado, pues a llorar y qué injusta es la vida...

Por ello si queremos una Legión como la primigenia que bebió del espíritu de la LEF se debe reconvertir, si no pues como hasta ahora, que no es lo mismo.
La sociedad a cambiado, todos tenemos más derechos pero si algún día (lo dudo) se quiere tener una unidad combativa, disponible y excelentemente bien preparada hay que dar un giro a la manivela, yo admiro al Bundeswehr alemán que hizo volver a sus tropas de unas maniobras de Polonia porque se habían pasado las horas de su jornada laboral lo que es el súmmun de la "funcionarización" de las FAS pero si queremos una unidad militar con la eficacia de la LEF cuyos integrantes sabemos que tienen derechos recortados frente a sus compañeros del resto de las FAS galas se debe refundar La Legión o como ya es a mi modesto entender una unidad más de Infantería.-

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SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 11 Ago 2018 13:28 
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¡¡¡Que envidia del como trata la LEF gala a sus veteranos!!! Cuanto debemos aprender...

José Antonio Sánchez Paz, el cabo Paz, llora cuando habla de la Legión. “Es lo más grande que me ha pasado en la vida”, insiste en voz baja y entrecortada, casi susurrada.

Su cuerpo, ahora escuálido y huesudo, ya no recuerda al del legionario vigoroso y nervioso que fue hace cuatro décadas. Tiene 60 años y se ahoga en las frases largas. Por eso desmenuza sus conversaciones en pequeñas exhalaciones a modo de sentencias.

“Ser legionario es el mayor honor —respira hondo—, al menos para mí; es ser una persona muy capacitada, que vale para muchas cosas —inspira—; y no sé por qué cuando dejamos de interesar, cuando ya nos han usado —toma aire—, nos ignoran, nos olvidan”.

El cabo Paz explica que en la Legión hay un dicho: “Lo imposible lo hacemos al momento; los milagros también, pero tardamos un poquito más”. En su caso, lo imposible es sobrevivir con una exigua paga de 360 euros al mes, una pensión por su enfermedad. El milagro, haber salido de la calle y vivir bajo techo en una casa que comparte con otros ocho legionarios auspiciados por la Fundación Tercio de Extranjeros.



“Que vengan los problemas, que aquí estamos”, sentencia con propósito férreo y ánimo desvencijado quien sirvió en la Segunda Bandera de la Legión y a punto estuvo de intervenir con otros legionarios en el que fue el Sáhara español cuando la Marcha Verde. “Pero Franco —apunta decepcionado José Antonio— no dio la orden y lo entregó a Marruecos”.

Los legionarios olvidados por España

Poco después de la quimérica intervención en el Sáhara Occidental, José Antonio se vio obligado a dejar la Legión por culpa de unas varices que le hicieron pasar en más de una ocasión por el quirófano. “Me dijeron que no era apto —respira—. Cosa normal, porque al Ejército no se va a jugar”. Su vida castrense se limitó a cinco años. “Quise hacer carrera militar, pero…”. En ese punto y seguido empezó su batalla.

Varios años de albergues y noches a la intemperie después, el cabo retirado Paz cura sus heridas desde hace dos años en una casa de dos plantas en el centro de Málaga. Las piernas siguen doliendo y la respiración cuesta, pero por lo menos no tiene que hacer uso de la tienda de campaña y la bombona de camping gas que todavía guarda por si las cosas vienen mal dadas.

“Sé que ellos no me van a fallar. En todo lo que me ha pasado, la Legión siempre ha estado a mi lado. No tengo ninguna queja, todo lo contrario —se emociona—; es mi mejor aliada, lo mejor que me ha pasado”.

A José Antonio se le saltan las lágrimas. “Vaya —se disculpa secándoselas con su flaco brazo de venas marcadas y tatuajes descoloridos—, sabía que no tenía que hablar”.
Los ‘heridos con zarpas de fiera’

La casa que José Antonio comparte con ocho antiguos caballeros legionarios en Málaga es el último recurso para quienes pertenecieron a la Legión y que tras su servicio no encuentran su sitio en la vida civil.

Detrás de esta iniciativa está la Fundación Tercio de Extranjeros, creada en el año 2009 a iniciativa del coronel y abogado Juan Antonio Díaz Díaz, recientemente jubilado y presidente de la misma.


El objetivo fundamental, explica el coronel Díaz, es “esencialmente prestar atención social a los que han sido legionarios, a ‘los que han sido heridos con zarpas de fiera’ como dice el cuplé El novio de la muerte, a los menos afortunados, a quienes todavía no les han cicatrizado esas heridas”.

- Y, coronel, ¿cuáles son esas heridas?

- Los han hecho guerreros. Somos hombres de guerra para mantener la paz. Y las postguerras generan muchos profesionales militares que después no saben integrarse en la vida civil, o no los han preparado para ello. Problemas familiares, sentimentales, de empleo, físicos, psicológicos…

Esa orfandad a la que quedan relegados los legionarios al finalizar su servicio preocupa al coronel Díaz desde que en el año 1995 recibió la encomienda de poner en marcha una herramienta que solucionase, o al menos parchease, la situación de los soldados retirados.

El encargo vino del general Pallás, Tomás Pallás Sierra, “sin duda —apunta el coronel—, el hombre que más ha hecho por la Legión en toda su historia después de Millán-Astray”.

“Él quería hacerlo desde el Estado, le preocupaba la situación en la que se quedaban los legionarios y pedía que construyeran residencias, pero se estrellaba una y otra vez contra la legislación”, explica el coronel Díaz. “Se lo planteó al jefe del Estado Mayor, José Gabeiras. También a los ministros de Defensa Serra Rexach o Trillo”, narra. Siempre se negaron.
“No se ha amparado al legionario después de su vida militar”

“La Legión no ha generado el problema —defiende el coronel—, lo ha generado la legislación. Nuestro obstáculo es que en la Ley española no se ha amparado al legionario después de la vida militar. Había gente que firmaba años, cumplía y cuando salía se daba cuenta de que no tenía nada”, argumenta Díaz.

- ¿La fundación está haciendo lo que debería hacer el Estado?

- La fundación está haciendo labores que no hace el Estado, no digo que debiera hacerla el Estado. Podría actuar igual que la Legión Extranjera de Francia, que tiene residencias para los profesionales que acaban su vida militar o que ofrece modos de vida para sus antiguos soldados. Por ejemplo, trabajando los viñedos. Y el Ejército francés no bebe otro vino que no sea el de la Legión.
El cabo Paz tiene 60 años.Vive en la casa de acogida para legionarios de Málaga.



El francés es el modelo que inspira a la Fundación Tercio de Extranjeros, que se financia únicamente con aportaciones privadas, desde donaciones a herencias de seis cifras o pequeñas cuotas con las que se obtiene unos siete mil euros anuales. “En el año 2009 empezamos de cero, y mira ahora”, cuenta el coronel.

Esta organización integrada por antiguos caballeros legionarios tiene dos viviendas situadas en Málaga. En una de ellas viven nueve hombres, al que hay que sumar uno más del segundo piso. Además, gracias a la abultada donación de un cabo alemán sin herederos, la fundación es propietaria de una finca de unos tres mil metros cuadrados en Rojales (Alicante), donde espera construir una gran residencia. Y matiza: sin ayudas públicas, “porque no queremos perder el control de nuestra iniciativa, perder la esencia: ser un grupo de legionarios viviendo en camaradería”.

El ambiente castrense se respira en la que es ya la casa de Jesús Clavijo, antiguo caballero legionario y compañero de piso de José Antonio, Jesús Benito, David o Sergio. Una bandera de España ondea en uno de los balcones de la entrada. Separados en habitaciones individuales conviven ocho hombres de distintas edades, procedencias y etnias.

Un cuadro de varios legionarios, o ‘legías’ —como ellos se autodefinen—, portando el Cristo de la Buena Muerte de Málaga preside el salón. A la derecha cuelga un retrato de Millán-Astray, fundador de la Legión. Cabe poco más.
Leche de pantera para los veteranos de la Legión

Clavijo, un tipo alto, fuerte, calvo y con la dentadura incompleta, gobierna la casa. Su cometido es asegurar una tranquila convivencia y realizar labores de intendencia con un machacado SEAT Toledo de más de veinte años que ya no paga seguro como vehículo clásico.

Lo llama ‘el Tanque’, aunque la carrocería esté reventada y el interior hecho jirones. En cada curva, la trócola, haciendo gala del apodo, suena como una ametralladora.

El legionario, ceremonioso, se cuadra con un taconazo delante de legionarios de rango superior y evita beber cerveza delante del coronel. Es nieto e hijo de militares. “La Legión es mi familia”, afirma.

Cumpliendo con el objetivo de dar, además de casa, un modo de vida a los antiguos legionarios, Clavijo ha recibido la encomienda de poner en marcha el bazar del veterano, una tienda online que comercializará camisetas confeccionadas por los legionarios o la famosa leche de pantera, el licor que tradicionalmente se asocia a la Legión.
En la casa conviven ocho antiguos legionarios.



“Dos partes de leche condensada por una de ginebra”, explica el antiguo soldado y guardaespaldas pirata en el País Vasco, que llegó a la fundación después de una larga temporada en el paro. “Es dulce, hay que beberlo muy muy frío y entra muy bien; da valor”.

Solo la Fundación Tercio de Extranjeros comercializa este brebaje que Millán-Astray encargó con el mandamiento de que fuese barata y se pudiese preparar en lugares dificultosos. “La otra teoría —explica Clavijo con una botella en la mano— es que lo inventaron unos legionarios que le echaban alcohol a la leche condensada que recibían los heridos para recuperarse”.

Además de la leche de pantera, la fundación vende libros de supervivencia y varios títulos relacionados con la Legión. “El dinero no crece en los árboles”, resuelve Clavijo. “Y esta iniciativa merece la pena —sigue el legionario, que impone porque es grande como un trinquete—, con lo que saquemos podemos ayudar a muchos veteranos”.

“El Gobierno nos da la espalda, no nos ayuda”, denuncia. “Si una persona se juega el físico, su vida, abandona a su familia para defender los intereses de este país, ¿por qué cuando ya no sirve se le da la espalda? ¿por qué no aprovecha ese talento?”, se pregunta Clavijo. “No lo entiendo —sigue—; tengo amigos, compañeros, que han estado en Bosnia y que ahora están por ahí tirados. El trato es vergonzoso. Y nosotros jamás, jamás, vamos a abandonar a un compañero”.
¡A mí la Legión!

El espíritu de unión y socorro aparece en el credo legionario, doce máximas escritas por Millán-Astray que dan base espiritual a la unidad creada en 1920. “A la voz de ‘¡A mí la Legión!’, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pide auxilio”. Lo cita el teniente en la reserva José María Rosales Cuadra después de 50 años en la Legión, hoy uno de los responsables de prestar ayuda en la fundación.

“El único requisito es haber tenido un vínculo con la Legión, no exigimos tiempos mínimos ni nada más; si ha estado en esta unidad y está necesitado, ya tiene derecho a estar aquí”, explica a EL ESPAÑOL el teniente. “Porque la Legión no juzga, no enjuicia, no es un fiscal, no valora los actos del compañero, lo defiende y punto. Como se defiende a una madre o a un hermano. La Legión es una familia, donde la hermandad existe y se practica”.


Los casos llegan a la Fundación Tercio de Extranjeros derivados de las hermandades de antiguos caballeros legionarios repartidas por toda España. “Cuando ellos no son capaces de arreglar el problema, nos llaman”, explica el coronel Díaz. E insiste: “Esto solo se puede hacer en la Legión. Solo esta unidad del Ejército tiene esa mentalidad de familia, porque somos una familia y ellos acuden a su familia”.

A ellos llamó el salmantino Jesús Benito Sánchez, caballero legionario de la Bandera de Operaciones Especiales, “la más completa de Europa”, advierte. Su situación era crítica. “Se me partió la vida por la mitad”, adelanta. Trabajaba para su suegro y la separación de su esposa le acarreó también la pérdida del empleo. A punto estuvo de dormir en el coche, pero le hablaron de la fundación. Rápido, llamo al coronel Díaz narrándole la situación.

“Me dijo que cómo me iba a quedar yo a dormir en un coche habiendo sitio en esta casa —recuerda Jesús—; así que vine y me quedé. Por eso digo que la Legión es mi segunda familia”.


Jesús, a sus 46 años, no cobra subsidio por desempleo. Realiza trabajos por encargo tallando escudos en piedra, “pero, como se suele decir, bajo cuerda”. Así saca unos doscientos euros al mes. En la casa recibe las atenciones básicas completamente gratis. “Estoy muy a gusto, de no existir este recurso estaría muy malamente”, advierte este legionario, repleto de tatuajes alusivos a la unidad.

“Siempre quise ser legionario, por eso llevo el emblema tatuado —esgrime Jesús—; también el cristo de la Buena Muerte, que me lo hice en la espalda a los catorce años, y a aguja e hilo, a la antigua usanza”.

“Casi todo en la vida me ha fallado, todo menos la Legión”, zanja Jesús. El salmantino bromea con Clavijo, le dice Matamoros por su parecido a los televisivos hermanos; también hay munición contra Sergio Guerrero, otro de los huéspedes —“un superviviente”— de la casa, legionario durante cuatro años y nueve meses y seguidor de la cantante Alaska. Sus desafinadas interpretaciones de los temas de la cantante de la Movida alteran el calmado ritmo de José Antonio, que se refugia en su cuarto a la espera de que mengue la jarana. Hay ganas de broma. “Todos somos hermanos”, insisten.

“La Legión —concluye Jesús— es una gran familia”.
https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 017_0.html

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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 21 Nov 2018 12:51 
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La legionaria C.O.T. ha denunciado la realización de “maniobras ficticias, a las cuales no asiste la unidad, pero sí se cobran” en la VIII Bandera del Tercio Don Juan de Austria 3º de la Legión. Asevera, además, que esta práctica se lleva realizando “años”.

Continúa la denuncia relatando que “el dinero de las maniobras que le ingresan a la tropa tienen que sacarlo y devolverlo en mano a los auxiliares de las compañías”. Afirmación que, de ser cierta, involucraría a una gran cantidad de militares y difícilmente podría perpetrarse sin conocimiento de los superiores.

La legionaria relata también que aquellos militares de tropa que cobran por maniobras constan en “un listado” y que aquellos que no “han devuelto” el importe recibido por las maniobras que nunca se han producido son amenazados con represalias como “no coger permisos”. No solo eso, sino que tales amenazas son supuestamente proferidas de forma pública “en las formaciones”, momentos en los que los militares se encuentran formados en un espacio normalmente abierto.

Para completar la denuncia, la militar añade que “si alguien se queja se le trata de mal compañero, mal legionario o incluso lo cambian de compañía”.

Penas de hasta cuatro años de prisión

Tales corruptelas, de comprobarse la veracidad de lo denunciado, podrían constituir la comisión de varios delitos recogidos en la Ley Orgánica 14/2015, de 14 de octubre, del Código Penal Militar, entre ellos delitos contra el patrimonio militar, abuso de autoridad y deslealtad (equiparable en cierto sentido a falsedad documental).

En cuanto a la falsedad de documentación, esta podría quebrantar el artículo 55 del CPM que castiga al “militar que sobre asuntos del servicio diere a sabiendas información falsa o expidiere certificado en sentido distinto al que le constare será castigado con la pena de seis meses a cuatro años de prisión”.

Por lo que corresponde al daño causado a los contribuyentes, la infracción cometida infringiría el artículo 81 en cuanto al “militar que, simulando necesidades para el servicio o derechos económicos a favor del personal, solicitare la asignación de crédito presupuestario para atención supuesta, será castigado con la pena de prisión de tres meses y un día a dos años”.

Y por lo que respecta a las amenazas sufridas por los militares de tropa, el artículo vulnerado sería el artículo 45 que afirma que “el superior que, abusando de sus facultades de mando o de su posición en el servicio, irrogare un perjuicio grave a un subordinado, le obligare a prestaciones ajenas al interés del servicio o le impidiere arbitrariamente el ejercicio de algún derecho será castigado con la pena de tres meses y un día a tres años de prisión”.

Escasas posibilidades de prosperar en la justicia militar

Si analizamos los procedimientos militares en los que se han juzgado casos de corrupción, lo cierto es que la controvertida justicia militar tiende a reducir las imputaciones al máximo posible y a exonerar o condenar de forma muy liviana a los responsables de estas conductas corruptas.

Por ello, no sería razonable esperar una gran investigación al respecto ni tampoco un proceso judicial independiente e imparcial. Como ejemplo de lo mencionado estarían los casos de las mudanzas falsas del Ejército del Aire, la corrupción en el Hospital Militar Gómez Ulla o los dos tenientes coroneles que arreglaban concursos a cambio de ‘mordidas’. En ninguno de los casos mencionados se han producido expulsiones y en la mayoría ni tan siquiera condenas, a pesar de ser casos en los que el dinero estafado o distraído se contabilizó por millones de euros.

Orígenes del Tercio y la Bandera

El Tercio “Don Juan de Austria” 3º de la Legión, según el propio Ejército de Tierra, está integrado en la BRILEG “Rey Alfonso XIII” y se encuentra emplazado en la Base “Álvarez de Sotomayor” en Viator (Almería). El origen de este tercio se remonta a diciembre de 1939 cuando se crearon la VII, VIII Y IX banderas que constituirían el actual Tercio “Don Juan de Austria”, adoptando los nombres de “Valenzuela”, “Colón” y “Franco”.

La VIII Bandera “Colón”, a la que pertenece la denunciante, fue organizada en 1.926 en Marruecos con tres compañías de fusiles y una de ametralladoras. Ese mismo año tomó con éxito y fortificó ‘Loma Redonda’, en cuyo operativo militar fue herido por cuarta vez Millán Astray, al que la página del Ejército de Tierra denomina como “nuestro fundador”. La VIII Bandera porta una corbata conmemorativa de su participación en la Guerra Civil junto a los militares sublevados.

Luis Gonzalo Segura, ex teniente del Ejército de Tierra y autor de ‘El libro negro del Ejército español‘.
https://blogs.publico.es/un-paso-al-fre ... la-legion/
Galve escribió:
Una noticia muy preocupante que, de ser cierta, involucraría a muchos. Es inevitable que en todo grupo humano haya alguna oveja negra, pero no todo un rebaño de ellas. En todo caso son malas noticias para la Legión, una unidad con un credo que enfatiza la disciplina, la dureza, el espíritu de sacrificio y la austeridad personales, como señas de identidad.

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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 30 Ene 2019 08:04 
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La Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión se prepara para el combate en zonas urbanizadas.
Práctica de las jornadas de actualización en ZZUU
Desde el 14 de enero se están celebrando las jornadas de actualización en zonas urbanizadas de la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión en las instalaciones de la base “Álvarez de Sotomayor”, en Almería. El objetivo es renovar los conocimientos y poner en práctica los nuevos procedimientos adecuados a las últimas experiencias en ambiente urbano, así como las técnicas y tácticas empleadas. Hasta el día 25 de enero participará en esta cuarta edición el personal perteneciente a los Tercios “Don Juan de Austria”, “Alejandro Farnesio”, “Duque de Alba” y “Gran Capitán”, Bandera de Zapadores, Policía Militar, Grupos de Caballería y Artillería de la Legión y Policía Nacional.
Mediante este ejercicio que conlleva dos etapas, los militares ponen en marcha sus capacidades durante dos semanas en horario completo –mañana, tarde y noche–. La primera fase, que sirve de instrucción, los participantes ven procedimientos de intervención y progresión tanto a nivel pelotón y sección –con y sin vehículos–. Esto se completa con ejercicios de tiro e intervención y combate en espacios cerrados con fuego real. En la segunda fase, se profundiza en temas tácticos diurnos y nocturnos, entre los que se encuentran una operación de evacuación de civiles en ambiente urbano, así como la intervención y ofensiva/defensiva urbana. (Jesús.R.G.)

Fuente: http://www.ejercito.mde.es/

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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 22 Feb 2019 10:46 
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La Brigada II recibe al jefe de la 6ª Brigada francesa.
El general Nicol en la visita a la Brigada II
El jefe de la 6ª Brigada Ligera Blindada del Ejército de Tierra de Francia, general Franck Nicol, ha visitado, el 14 de febrero, en Viator (Almería), las instalaciones de las unidades pertenecientes a la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión. El objetivo de la visita es conocer las capacidades tácticas y operativas de la Brigada, además de incrementar los lazos de cooperación entre las dos unidades por el especial hermanamiento que hay entre ambas.
A su llegada, el general de la Brigada francesa, fue recibido por un piquete de honores y se dirigió junto al jefe de la Brigada II, general Marcos Llago, a la línea de saludo para conocer a los jefes de las diferentes unidades de la base “Álvarez de Sotomayor”. El general francés recorrió la sala “Millán Astray” para conocer la historia y organización de la Legión y la Brigada.
Además, se le expuso el concepto de adiestramiento con el de Plan de Disponibilidad, las instalaciones de apoyo a la preparación y el proyecto de futuro de la Brigada Experimental 2035. A continuación, se dirigió a las instalaciones donde se encuentran los simuladores, entre ellos el del misil Spike o el de fusilería “Victrix”. También pudo comprobar en la sala de artefactos improvisados de zapadores el nivel de preparación de esta unidad en la materia. No faltó la visita al Campo de Maniobras y Tiro “Álvarez de Sotomayor”, en el que se mostraron las capacidades del polígono de combate subterráneo y del de combate urbano. Además el general pudo observar un ejercicio de tiro de Artillería de los cadetes de 4º y 5º curso de la Academia General Militar junto al Grupo de Artillería de la Legión. El general francés finalizó con la visita a la Sala Histórica y la firma en el Libro de Honor de la Unidad. (Jesús.R.G.)

Fuente: http://www.ejercito.mde.es/

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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 29 Oct 2019 15:59 
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Las mentiras y engaños de la Legión en la muerte de un joven de 21 años

Alejandro Jiménez Cruz nació legionario. Cada paso que dio en la vida iba dirigido a convertirse en Caballero de la Legión. No hubo esfuerzo, por intenso o complicado que fuera, que doblegara su voluntad. Lo logró a los 21 años. Cuando se enfundó el verde, creyó haber llegado al paraíso. La plena felicidad le duró apenas 5 meses. Este pasado mes de marzo, durante un ejercicio de tiro con fuego real en Alicante, recibió un impacto en el corazón y murió. A sus padres, que desde entonces viven en un mundo sin color, les explicaron que había sido un accidente: "Una bala rebotada". Desde los máximos cargos militares, hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, abrazaron esa versión. Juanjo, el padre, se la creyó a pies juntillas. ¿Cómo unas personas tan honorables, tan respetuosas, tan familiares, iban a engañarle?

Pero llegó la Guardia Civil a buscar la verdad. A los investigadores, nada más conocerlos, también les espetó el capitán Antonio Cabello, al mando de las maniobras en las que murió Alejandro: "Ha sido un rebote. No hace falta ser un lince". Los agentes, auténticos especialistas en investigación criminal, le respondieron: "¿En qué te basas? ¿Qué pruebas tienes? ¿Cómo has llegado a semejante conclusión?". "Lo he visto mil veces", contestó agobiado el capitán. Si los rebotes de balas son el pan nuestro de cada día, menudo descontrol hay en el ejército español. Cuando los agentes le pidieron que relatase algún ejemplo concreto, el capitán no supo qué responder pero insistió cerril: "Ha sido un rebote".

Durante meses el grupo de homicidios de la Guardia Civil de Alicante se enfrentó a un mundo de mentiras y silencio que todavía persiste. A pesar de ello, este grupo ha conseguido levantar las capas de basura y podredumbre en las que la Legión ha querido enterrar la muerte de Alejandro. Esta es la lista de graves irregularidades, incluso delitos, que dejan a la Legión a la altura del betún:

1º El chaleco antifragmentos que se le entregó a Alejandro Jiménez Cruz para participar en un ejercicio de fuego real estaba caducado. Es obligatorio que el teniente o el capitán cuiden que el material esté en perfectas condiciones, pero les dio igual. No lo revisaron.

2º Para evitar que un legionario muera si le pegan un tiro, en el chaleco se deben colocar las llamadas "placas balísticas". Son un trozo de un metal especial y grueso que para los impactos y te salva la vida. El gobierno se gastó un dineral de nuestros impuestos en comprarlas en 2012. Según los legionarios interrogados, nunca han sido usadas. A la hora en la que Alejandro se desangraba, las placas andaban apoyadas contra una pared en un almacén cogiendo polvo. Después del fallecimiento, la legión las ha limpiado y ha decidido empezar a usarlas. Un estudio de la Guardia Civil determina al 100% que si Alejando hubiese llevado las placas balísticas durante el ejercicio habría sobrevivido.

3º El capitán Cabello, máximo responsable del ejercicio, pidió a los legionarios que mintieran a la Guardia Civil. Quería ocultar el verdadero lugar donde había muerto Alejandro. Desplazó la escena del crimen varios metros. También mintió cuando dijo que él estaba en las instalaciones en el momento del suceso. Es falso. La investigación ha determinado que allí no estaba y él ha tenido que reconocer que es un mentiroso.

4º El sargento Guil y el capitán Cabello presionaron a los testigos para que no respondieran a las llamadas de los investigadores y, cuando fueron interrogados, para que tuvieran respuestas breves antes esos "mierdas de guardias civiles".

5º El ejercicio de fuego real debía estar planificado por escrito y no lo estaba. Tanto es así que, cuando el joven legionario recibió el impacto de una bala en el pecho, la ambulancia solo tenía un conductor.

6º Estaba prohibido que en el ejercicio de fuego real disparasen los tenientes o el sargento. Sin embargo, el sargento Guil sacó su fusil y disparó. La bala que mató a Alejandro salió de su arma. Él lo niega. Jura que no apretó el gatillo, pero la ciencia forense no miente.

7º La Guardia Civil precintó el lugar donde se hizo la práctica de fuego real. Nadie podía entrar, pero los legionarios recibieron la orden de recoger todas las vainas que encontrasen.

8º Mientras se realizaba el ejercicio de fuego real, había otro grupo de legionarios a solo unos metros realizando al mismo tiempo otro. El capitán dice que lo prohibió, pero los tenientes y el sargento niegan haber escuchado esa orden.

Solo Francisco, un legionario honrado, tuvo el valor de contar las mentiras y las presiones que estaban viviéndose en la Legión con la intención de ocultar lo que ocurrió. Este hombre entiende que ser un Caballero Legionario significa honor y verdad y él cumplió con esas dos proclamas. El resto de su grupo, lo marginó. El sargento Guil le gritó delante de otros compañeros: "Vas a meter en un lío al capitán, le vas a arruinar la vida, so cobarde. ¡Pedazo de maricón! Cómo tienes esa poca vergüenza".

Cobarde es quien no sabe enfrentarse a la verdad, no quien tiene el valor de contarla. Y ruina, ruina de vida es la que tienen los padres del joven Alejandro. Su padre Juanjo ha decidido hablar por primera vez. Es piloto de helicópteros de rescate en El Estrecho. Ha salvado la vida de cientos de personas, pero a su hijo no. Esa herida no deja de sangrarle: "Me preguntan que por qué sigo volando con la tristeza tan grande que llevó colgada. Lo hago por dos razones: tengo que seguir salvando vidas y, además, cada vez que vuelo estoy más cerca de mi hijo, que está en el cielo". Su entrevista completa, mañana en El Confidencial.
https://www.msn.com/es-es/noticias/espa ... li=BBpm69L
alvarocnp escribió:
Capitán y Sargento: vergonzoso,bochornoso,cobarde...
Francisco un hombre ,honrado y valiente, aunque me temo que tenga que cambiar de destino,a la vista está
Ánimo para la familia

falcata75 escribió:
Hace ya un tiempo en otro hilo me referia a las grandes luces de nuestras Fuerzas Armadas a lo largo de su dilatada historia y de la propia Historia con mayusculas...pero tambien,por desgracia, a sus grandes sombras...
En la que yo destacaba el CLASISMO como uno de sus grandes males : Blancos ,mulatos y negros ( con perdon y sin animo de ofender a nadie y mucho menos caer en racismo )...¿ Cómo arruinar la carrera de un capitan ?? ( es decir, un oficial, un BLANCO ) por haber incurrido en la negligencia y responsabilidad de la muerte de un soldado ( es decir, un clase tropa, un NEGRO )
La pregunta del millon es ¿ Que hubiera ocurrido si se cambiasen los papeles de los sujetos ? ...Si un soldado cayera en la negligencia o fuese responsable directo por malas practicas de la muerte de un oficial ????





- ¡Ahhhhh! ¡Me han dado! ¡Me han dado!”.

Un grito de dolor se eleva por encima de todos los disparos del campo de tiro militar en Agost (Alicante). Son las 6 de la tarde del 25 de marzo y un hombre cae al suelo. “Me han dado”. Es la alerta desesperada del caballero legionario Alejandro Jiménez Cruz al ser alcanzado por una bala en el pecho mientras hace maniobras. “Me han dado”, dice, antes de desplomarse. Tal vez fueron sus últimas palabras. Su quejido sordo retumba, sobre el polvo, durante el entrenamiento con fuego real que ese día acabó con su vida. Tenía solo 22 años y llevaba 5 meses en la Legión.

Sucedió durante un ejercicio de tiro del III tercio D. Juan de Austria de la Legión. Un trágico accidente, decían: una bala, procedente quizás del otro pelotón que estaba haciendo el mismo ejercicio unos metros más allá. Mala suerte. Un proyectil perdido que habría rebotado en una piedra para colarse por la axila del chico, el único lugar que el chaleco antifragmentos no protegía. Un cúmulo de desgracias sin más explicación posible. Nada que investigar. No hay nada más que ver por aquí, circulen. Esa fue, al menos, la versión oficial. La que sostuvieron los legionarios testigos, los oficiales, los altos mandos y hasta la ministra de Defensa Margarita Robles. Una gran mentira.
Alejandro Jiménez Cruz, el joven soldado caído.

Alejandro Jiménez Cruz, el joven soldado caído.

Ahora, EL ESPAÑOL ha tenido acceso al sumario del caso. Más de 1.500 páginas en las que los investigadores de la Guardia Civil desmontan, punto por punto, el gran engaño que aquellos militares pretendieron consolidar. Ni fue una bala rebotada, ni le entró por la axila, ni procedía de otro pelotón. A Alejandro Jiménez Cruz, el “legionario Cruz”, lo mató una bala que le entró por el pecho, nunca por la axila. Tampoco hubo rebote en ninguna piedra: el disparo vino directo, según confirmaron en balística. Y lo que es más grave: el proyectil no procedía de ningún otro batallón: la Guardia Civil ha concluido que a Alejandro lo mató su propio sargento, S.A.G.P, que se encontraba solamente unos metros detrás de él.
“Donde reina la alegría”

“La 6ª compañía, donde reina la alegría”, es el lema de la 6º compañía del III Tercio D. Juan de Austria de la Legión. Sus hombres se habían desplazado desde Viator (Almería) hasta Agost (Alicante) para llevar a cabo un ejercicio de tiro con fuego real. Una práctica habitual para los soldados. De hecho, el presunto homicida declaró que él había llevado a cabo miles de veces desde que formaba parte de la legión.

La primera irregularidad se encuentra en la indumentaria. A los participantes del ejercicio se les dotó de un chaleco protegido por placas metálicas… con la particularidad de que las placas se las habían dejado guardadas en un cajón. Siempre se hacía así, reconocieron después soldados y mandos. A pesar de los riesgos implícitos de una operación de tal riesgo, las placas reposaban en un armario y solamente se utilizaban cuando los soldados hacían guardia.
Reconstrucción de los hechos en el campo de tiro.

Reconstrucción de los hechos en el campo de tiro. EL ESPAÑOL

Sobre las 4 de la tarde, los militares fueron divididos en dos pelotones de 7 personas cada uno y debidamente separados. Ambos grupos realizarían el ejercicio de forma simultánea, alejados entre sí para evitar que una bala de fuego amigo acabase provocando una tragedia. De este modo, los hombres fueron dispersados en dos grupos a lo largo de una llanura que acababa en un merlón; esto es, una especie de montículo de tierra. Una cresta. Una pequeña elevación en la que se ubicaron los blancos a atacar a tiros.

Cada legionario disponía de su propio fusil de asalto y obedecía las órdenes de su sargento que, desde una posición más retrasada, daba la orden de abrir fuego, de cesarlo, de cambiar de objetivo o de finalizar el ejercicio, clavar rodilla en tierra y descargar el arma. Así estaba Alejandro Jiménez Cruz cuando lo mataron: desarmado y con una rodilla en tierra.
Rodilla en tierra

El pelotón obedecía las órdenes del sargento S.A.G.P, que era el que ordenaba disparar. Pero cuando parecía que había concluido la práctica de tiro, el sargento S.A.G.P se inventó un enemigo de última hora. Uno que no estaba previsto en el plan inicial. Otro objetivo al que disparar que hizo que la alineación inicial de los soldados en forma de W se modificase. En esa W, Alejandro ocupaba uno de los vértices superiores, el flanco izquierdo. En el derecho se encontraba F.J.P., el mejor amigo de Alejandro en la Legión. Su compañero de piso y de vivencias desde que ambos ingresaron en el tercio. El militar al que le han destrozado la vida algunos de sus propios compañeros a posteriori.

Todo sucedió muy rápido. Después de improvisar este último objetivo a disparar, los soldados recibieron órdenes de su sargento de clavar rodilla a tierra y descargar el arma. El ejercicio, parecía, había concluido, mientras en el otro pelotón seguían disparando a sus dianas. Fue entonces, cuando parecía que la situación ya no comportaba ningún tipo de riesgo, cuando se escuchó el estremecedor aullido de Alejandro.
Taquilla del legionario fallecido.

Taquilla del legionario fallecido. EL ESPAÑOL

El sargento S.A.G.P es un almeriense (pero nacido en Bilbao) de 32 años que estaba al cargo de la coordinación del ejercicio. Él fue, según los testigos presenciales, el primero en ir a socorrer a Alejandro. A pesar de que se encontraba en una posición más retrasada y que debería haber sido el que más problemas tuviese para identificar lo que había sucedido, salió como una exhalación a ayudar al soldado herido. Mientras gritaba “¡Alto el fuego!” y el teniente advertía por radio de que había habido un accidente al grito de “Real, real, real”, Alejandro perdía la conciencia. Tanto el sargento como otro legionario con conocimientos sanitarios fueron los primeros en aplicarle los primeros auxilios. Ellos, por tanto, taponaron la herida con sus propias manos. Ellos, por tanto, vieron que el chico había recibido el tiro en el pecho y no en la axila.

Cinco minutos tardó en llegar la ambulancia, según los testigos. Pero la gravedad de la herida motivó que el soldado fuese trasladado a un helicóptero sanitario, que lo llevó hasta el hospital. No se pudo hacer nada por su vida. No serían ni las ocho de la tarde cuando se certificó la defunción del legionario Cruz.
Miente el capitán

Si el caso empezó con irregularidades, siguió con mentiras. Al frente de la compañía estaba A.C.R., un joven capitán tinerfeño, de 32 años, que en el momento del accidente no se encontraba con el resto de los militares presente durante en el ejercicio. Estaba en otra base, recogiendo munición. Uno de los tenientes que vio caer a Alejandro fue el que le comunicó por walkie que se había producido un accidente. Acudió raudo el capitán al lugar de los hechos. No era obligatorio que el capitán estuviese presente durante el ejercicio, pero él sostuvo, desde el primer momento, que sí que se encontraba allí cuando Alejandro recibió el tiro. Mintió desde el primer momento.
Balas como las que perforaron el pecho de Alejandro.

Balas como las que perforaron el pecho de Alejandro. EL ESPAÑOL

Lo sostuvo en su testimonio ante la Guardia Civil de Novelda (Alicante) cuyos agentes se desplazaron hasta el lugar de los hechos para iniciar una investigación). En todo momento, el capitán A.C.R. se mostró esquivo y poco colaborador con los investigadores. Su rango militar, superior al de los agentes que le interrogaban, hizo que les contestase con impertinencias. Y en su cabeza (y en sus declaraciones), una única teoría: la bala había llegado rebotada por el disparo de algún soldado del otro pelotón: “No hace falta ser un lince para saberlo”, les contestaba con altivez, al tiempo que apremiaba para que el cuerpo de Alejandro fuese “incinerado para poder recibir un funeral”. Los agentes le dijeron que eso no iba a suceder mientras hubiese una investigación en curso. El capitán se ponía nervioso por momentos y repetía que lo que había pasado estaba claro. Que fue un rebote y que él había visto eso miles de veces. Parecía misteriosamente interesado en que el cadáver del legionario fuese quemado cuanto antes.

Pero, dentro de la tragedia para Alejandro y su familia, una circunstancia permitió que la investigación siguiese adelante. En condiciones normales, una bala de este calibre hubiese atravesado el cuerpo del legionario. Sin embargo, el proyectil quedó alojado dentro de su cuerpo. Eso iba a permitir que se identificase la bala que lo había matado. Cada arma es una huella dactilar. El iris de un ojo. No hay dos iguales. Un estudio pormenorizado de balística acabaría determinando quién fue el militar que disparó.
“Me va a caer un puro”

Con la investigación en marcha, el capitán convocó el día 27 a los militares que habían estado presentes durante el suceso, para afinar las declaraciones. Les hizo formar un corro. Silencio sepulcral. Mientras, él, en el centro, les ordenó mentir:

- “A mí me va a caer un puro muy grande. Yo sé que dentro de tres meses me voy a ir de la compañía. Me mandarán a alguna oficina. Vosotros no sois culpables de esto. Ha sido un accidente y no voy a permitir que nadie os inculpe y os destroce la vida. Decid absolutamente la verdad. Pero no le digáis a la Guardia Civil que consolidásteis a vuestro pelotón arriba. Decid que estábais unos cuatro o cinco metros más abajo”.
Ambulancia que se llevó a Alejandro.

Ambulancia que se llevó a Alejandro. EL ESPAÑOL

Durante esa conversación, a los militares ya los estaban llamando los agentes de la Benemérita para interrogarles. Precisamente durante el speech del capitán A.C.R., sonó un teléfono. Era el del legionario F.J.P., el mejor amigo de Alejandro, que no veía nada claras las directrices que les estaba dando su capitán. Él sabía lo que había pasado y dónde. Estaba dispuesto a decir toda la verdad. Estaba dispuesto a atender a esos guardia civiles que le estaban reclamando por teléfono. Por eso interrumpió el discurso de su capitán. Le mostró el teléfono para que viese que en ese preciso instante le estaban llamando los investigadores. Eso empezó a condenarle. Uno de sus compañeros le afeó la conducta, le requisó el teléfono y le recriminó:

- “¡Pero qué haces! Pareces $%&ª. Eso ahora no importa, que te está hablando tu capitán”.

Dicho esto, el legionario le quitó a F.J.P el móvil de las manos y lo lanzó fuera de su alcance. A los pocos segundos, fue el propio capitán el que recibió la llamada de un teniente de la Guardia Civil. Fue entonces cuando, con sorna, se dirigió a F.J.P y le dijo, en tono de burla:

-“¡Uy! Me está llamando el teniente de la Guardia Civil. ¡Qué miedo! ¿Qué hago, F.J.P? ¿Lo cojo o no?”. Dicho esto, lanzó su propio teléfono al suelo, demostrando que ahí mandaba él.

En los días posteriores, el juez togado de Almería, que fue el encargado de la instrucción del caso, decidió que había indicios más que suficientes como para paralizar la incineración del legionario Jiménez Cruz, muy a pesar de lo que pretendía el capitán A.C.R. El padre del legionario fallecido, antiguo militar, había conseguido su primera victoria: la justicia iba a investigar qué le había sucedido en realidad a su hijo.
El legionario honesto

Los legionarios presentes en el suceso prestaron su primer declaración, teniendo entre ellos numerosas discrepancias. Tras las consignas del capitán, prácticamente todos los testimonios empezaron a concordar. Todos declararon con frases cortas, breves, concisas. Todos negaron que el capitán le hubiese hablado a F.J.P en tono de burla, y sí con ánimo de relajar el ambiente y tranquilizarlo. Pocos recordaban que el capitán les hubiese mandado mentir respecto a su posición. Todos creían en la teoría del rebote de la bala. Todos… menos F.J.P., que fue con la verdad por delante hasta las últimas consecuencias.

La honestidad de F.J.P. fue su condena. Algunos compañeros, conscientes de que estaba contraviniendo las órdenes del capitán, comenzaron a acosarle. No fue solamente hacerle el vacío, que también: le retiraron la palabra, le llamaron maricón y traidor, le eliminaron de todos los grupos de Whatsapp, le abrieron la taquilla y le intentaron introducir munición, a sabiendas de que alojar este tipo de material comporta una falta muy grave.
Balas utilizadas durante el ejercicio de tiro.

Balas utilizadas durante el ejercicio de tiro. EL ESPAÑOL

Los testimonios ante los agentes de la Guardia Civil dieron paso a las declaraciones en sede judicial. Allí, el propio capitán A.C.R. reconoció haberse saltado el precinto que habían colocado la Guardia Civil en el campo de tiro en el que murió Alejandro. Él mismo aseguró haber entrado para limpiar el terreno. Algo que, tal y como había sucedido con su primera indicación de mentir sobre la posición, podría tener como objetivo despistar y entorpecer la investigación.

No hubo sanciones cautelares. Tanto el sargento S.A.G.P como el capitán A.C.R. se mantuvieron en sus puestos. Los dos únicos que se vieron fuera del tercio fueron F.J.P, que acabó solicitando una baja por depresión dado el acoso al que estaba siendo sometido, y Alejandro, al que habían matado.
Miente el sargento

El secreto sumarial se levantó parcialmente en junio, y de forma total al mes siguiente. Fue entonces cuando la familia de Alejandro pudo conocer la verdad. Los análisis de balística de la Guardia Civil no dejaban lugar a dudas: la bala que mató al legionario había salido del fusil del sargento S.A.G.P. Un militar que, durante las primeras declaraciones, sostuvo en todo momento que él no había disparado. De hecho, no tenía por qué hacerlo. Él se encargaba de coordinar el ejercicio. De decidir cuándo y dónde se disparaba, como avanzaba el pelotón y cuando concluía el entrenamiento. Sin embargo, balística no miente: fue una bala de su fusil la que se alojó en en el interior del cuerpo del legionario Cruz.

Del mismo modo, quedó puesto de manifiesto que las circunstancia de su disparo fueron realmente turbias e inexplicables: Alejandro recibió el tiro cuando la práctica supuestamente había terminado. Estaban todos los participantes rodilla en tierra y descargando su munición. Ya solamente quedaba el otro pelotón, separado por el montículo, pegando tiros. El sargento, además, tuvo que girar casi 90 grados desde la posición en la que se encontraba para poder alcanzar a Alejandro con su disparo. Un movimiento anti natural, al que todavía no le han encontrado explicación. Esencialmente porque el sargento ha decidido no colaborar. Del mismo modo, fue el propio sargento el primero que se percató de que su legionario había sido herido, el primero en gritar “Alto el fuego” y el primero en salir corriendo hacia el legionario moribundo.
“Que yo no fui”

A pesar de las pormenorizadas investigaciones de balística, el sargento S.A.G.P. siguió (y sigue) manteniendo que él no fue el autor del disparo. De hecho, en declaraciones en sede judicial, utilizó hasta en seis ocasiones la expresión “Que yo no fui” ante las preguntas del magistrado.

- ¿Cómo disparó a Alejandro?

- Que yo no fui.

- ¿Dónde estaba usted cuando le disparó?

- Que yo no fui.

- Cuando usted le disparó, ¿el resto de compañeros hacían fuego?

- Que yo no fui.

- ¿Por qué lo hizo?

- Que yo no fui.

- ¿Le refirió a algún mando que había sido usted el autor del disparo?

- Que yo no fui

- ¿Por qué no se lo dijo?

- Que yo no fui.
Disparó el sargento

El sargento ultima su declaración asegurando que no entendía el resultado del examen de balística, porque él no había sido. Que no había disparado a su subordinado Alejandro Jiménez Cruz. Sin embargo, los resultados son concluyentes: el proyectil que mató al legionario mallorquín salió del fusil de su sargento, que se encontraba a unos 15 metros detrás de él.
Alejandro Jiménez Cruz, con el uniforme del Ejército.

Alejandro Jiménez Cruz, con el uniforme del Ejército.

Tal y como le habían explicado los agentes de la Guardia Civil al padre del legionario muerto desde el principio de la investigación: “En este caso, alguien está mintiendo desde el principio”. Los esfuerzos del capitán para que incinerasen cuanto antes el cadáver del legionario Cruz se toparon con un magistrado que no vio claras las explicaciones de los legionarios, y con un cuerpo de la Guardia Civil que no cedió ante las presiones de los militares.

La investigación salió adelante y el sumario ya no es secreto. La bala salió del fusil del sargento S.A.G.P, el capitán A.C.R. mintió y contaminó el escenario de la muerte. Y el único legionario que fue adelante con la verdad, F.J.P., sigue de baja médica por depresión, tras haber sufrido el acoso de todos los que antes fueron sus compañeros. Un turbio caso que sacude las estructuras del ejército, pero que será juzgado el próximo año para esclarecer quién mató a Alejandro Jiménez Cruz mientras estaba desarmado y rodilla en tierra.
https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 688_0.html

El cuerpo moribundo del caballero legionario Alejandro Pérez Cruz yacía en el suelo, ensangrentado. Le había alcanzado una bala, de origen desconocido (en ese instante) en el pecho, durante unas maniobras de fuego real. Mientras le practicaban los primeros auxilios, uno de los legionarios presentes en el ejercicio que responde a las iniciales F.J.P. y que es amigo íntimo de Alejandro, rompía a llorar. En ese instante, el sargento S.A.G.P. se giró hacia él y le ordenó: “No llores como un maricón, que tú has venido a la Legión a esto, a morir. Si te da miedo vete a trabajar a un Mercadona”.

Ahora, medio año después, las investigaciones han arrojado que fue ese sargento el que disparó la bala que mató a Alejandro. Es una de las pocas certezas que se tienen en el turbio caso de la muerte del legionario Cruz, un joven mallorquín de 22 años que perdió la vida por el impacto de un proyectil en el pectoral el 25 de marzo de 2019 en un campo de tiro militar de la localidad de Agost (Alicante). Otra de las pocas certezas de este expediente es que F.J.P., el legionario que se echó a llorar en el momento que vio a su amigo agonizando, ha sido sometido a un proceso de acoso por parte de muchos de sus compañeros. Este caballero legionario jerezano lleva más de medio año de baja laboral por un cuadro de ansiedad, producto de las represalias que tomaron sus mandos contra él. El motivo: decir la verdad.

“No puedo hablar. No voy a decir nada. Todo lo que dije se lo conté al juez y está en el sumario. Mi postura es prudente. Amo al Ejército de Tierra y respeto a la Legión. Por eso hice lo que hice, porque tenía que cumplir mi deber, que es cumplir con el Credo Legionario. No quiero ningún protagonismo, sólo respeto a la justicia”, fueron las escuetas palabras de F.J.P. ante la llamada de EL ESPAÑOL. Amablemente declinó atendernos. Su abogado así se lo ha recomendado. Mientras el caso siga por los cauces judiciales, no piensa decir una sola palabra.
Imágenes de la reconstrucción de los hechos en el campo de tiro en el que cayó Alejandro

Imágenes de la reconstrucción de los hechos en el campo de tiro en el que cayó Alejandro

Que todavía no haya empezado el juicio es una de las principales razones por las que F.J.P. guarda silencio. La otra es que lo está pasando mal. Sigue de baja. Un cuadro de ansiedad provocado por el miedo que le generaron las represalias de los militares que estaban aquel día en el campo de tiro. Especialmente del sargento S.A.G.P., que lo estuvo insultando sistemáticamente hasta que F.J.P. decidió ponerse en manos de un médico y coger la baja que aún le dura.
La reconstrucción total de la muerte del legionario Cruz: su sargento lo mató de un tiro en el pecho
David López FríasEL ESPAÑOL accede a las 1.500 páginas del sumario del caso: no murió por un rebote de bala y su capitán mintió a los investigadores.
Amigos desde el principio

F.J.P., nacido y residente en Jerez de la Frontera, es un chico con vocación de legionario desde muy pequeño. Su pasión por el Ejército en general y por el Tercio en particular le llevaron a tener claras sus prioridades: decidió ponerse a estudiar para ingresar como caballero legionario, hecho que consiguió en 2018. En esa formación conoció a Alejandro Jiménez Cruz, un jugador de rugby mallorquín de 22 años, que compartía la misma pasión por la legión. Enseguida se hicieron amigos. Compartían tiempo libre, camareta y confidencias. Y a F.J.P. le tocó ver, aquel fatídico 25 de marzo, cómo su amigo caía abatido en extrañas circunstancias. A esa desgracia se le sumió el oprobio de ver cómo su capitán le ordenaba mentir sobre lo que había sucedido. Él desobedeció y aquello le condenó.

¿Cuál fue exactamente el motivo por el que los compañeros le hicieron el vacío y le empezaron a hacer la vida imposible a F.J.P? Contravenir la orden del capitán A.C.R., el responsable último de aquel ejercicio. Un militar canario de 32 años que no estaba presente en el momento en el que murió Alejandro Jiménez. Pero una vez se produjo el suceso, el capitán decidió que la versión que le iban a dar a los investigadores de la Guardia Civil, tanto él como sus hombres, iba a ser distinta a la que pasó en realidad.
“Decid la verdad pero mentid”

La primera mentira del capitán fue, tal y como apunta el sumario, declarar que él se encontraba en el campo cuando Alejandro recibió el tiro. No era cierto. El capitán se hallaba en otra base en ese momento, cogiendo munición. De hecho fue un teniente el que le avisó por walkie de que “hay un accidente real y tiene muy mala pinta”. Cuando el capitán llegó y le informaron de cómo había acontecido el suceso, él se dirigió a sus subordinados en los siguientes términos:

“A mí me va a caer un puro muy grande. Yo sé que dentro de tres meses me voy a ir de la compañía. Me mandarán a alguna oficina. Vosotros no sois culpables de esto. Ha sido un accidente y no voy a permitir que nadie os inculpe y os destroce la vida. Decid absolutamente la verdad. Pero no le digáis a la Guardia Civil que consolidasteis a vuestro pelotón arriba. Decid que estabais unos cuatro o cinco metros más abajo”. Es decir, “decid absolutamente la verdad”, pero “no le digáis a la Guardia Civil la verdad”.
Detalle de una bala como la que mató al legionario Cruz

Detalle de una bala como la que mató al legionario Cruz

Durante aquella reunión en la que el capitán convocó a los testigos del suceso para que falseasen su versión, F.J.P. le mostró el móvil a su superior para que viese que los investigadores de la Guardia Civil le estaban intentando localizar. SU compañero, el Legionario R., le arrancó el teléfono de las manos, se lo tiró al suelo y le llamó $%&ª. Segundos más tardes, los investigadores llamaron al capitán, que les mostró a todos el móvil y dijo en tono de burla: “¡Uy! Me está llamando el teniente de la Guardia Civil. ¡Qué miedo! ¿Qué hago, F.J.P? ¿Lo cojo o no?”, tirando su propio teléfono al suelo.

De aquella reunión salió la orden del capitán de mentirle a la Guardia Civil. Una orden que todos cumplieron salvo F.J.P. ÉL dijo la verdad y fue el primero en testificar. Eso motivó que los otros legionarios y mandos viesen desmontada su mentira desde el primer minuto. Así se lo hicieron saber los soldados que iban saliendo de declarar: “Mi sargento, me han dado por todos lados”. “He tenido que cambiar mi versión entera”. “Hay alguien que ha dicho lo que el capitán dijo que no dijésemos”, fueron los inputs que le llegaron al sargento S.A.G.P. Enseguida asumió que el que se había saltado la orden de mentir fue F.J.P. Ahí empezó el calvario.
“¿Te vas a chivar de que soy facha?”

“Al salir de la comandancia fuimos a un bar a comer y en ese momento noté que todos me hacían el vacío, nadie me dirigía la palabra. EL sargento S.A.G.P me dijo: “Vas a meter en un lío al capitán. Le vas a arruinar la vida. Eres un cobarde y un maricón. ¿También vas a chivarte de que soy un facha?”, todo eso delante del resto de legionarios. Todo eso lo dijo a voces y yo me mantuve callado por el respeto que ha de mantenerse ante un superior”, contó F.J.P. en su declaración, tal y coo recoge el sumario de más 1.500 páginas. Otro compañero legionario también se sumó al escarnio, recriminándole “cómo puedes tener tan poca vergüenza”. En el viaje de vuelta desde Alicante hasta la base de la legión en Viator (Almería) nadie le dirigió la palabra.

A partir de ahí, el infierno. F.J.P. declaró que esos días posteriores al suceso su compañero, el legionario G., se dirigió a él en los siguientes términos: “Eres un maricón. Tú no sirves para esto. Vete de esta compañía. Lárgate a tu $%&ª casa”. Al preguntarle por qué se dirigía a él en esos términos, le contestó: “No te hagas el tonto, tú lo sabes muy bien”.
Alejandro Jiménez Cruz, en una foto de archivo

Alejandro Jiménez Cruz, en una foto de archivo

Pero, con diferencia, el más duro con F.J.P. por haber dicho la verdad fue su sargento, S.A.G.P., el hombre cuyo fusil disparó la bala que mató a Alejandro según han concluido los informes de balística de la Guardia Civil. El sargento, el mismo día que se registró el incidente antes mencionado con un compañero, también arremetió con dureza contra el militar jerezano: “El sargento S.A.G.P. ha dejado de saludarme. Esta mañana, delante de toda la compañía (…) me ha dicho “eres un maricón”, repitiéndolo varias veces”, explica el legionario en sus declaraciones posteriores. Lo indignante del caso es que estos insultos fueron proferidos en presencia del capitán A.C.R., el mismo que les había ordenado mentir. El capitán, como era de esperar, no llamó la atención al sargento ante tal abuso.
“Eres un maricón”

La declaración prosigue: “Al dirigirme al despacho de los tenientes, el sargento S.A.G.P. me ha dicho “eres un maricón, ve y entra”. Al teniente no le he dicho nada de lo que me ha dicho el sargento porque tengo miedo y me siento solo, no puedo confiar en nadie”, le cuenta F.J.P. al juez, poniendo de manifiesto la tendencia homófoba del sargento presuntamente homicida, que repite de forma compulsiva la palabra “maricón” para insultar al legionario F.J.P.

Por la tarde, otro cabo le ordenó a F.J.P. que lavase unos platos sucios que había en el mesón. Cuando F.J.P entró en la estancia para cumplir la orden, el cabo cerró la puerta y le atacó verbalmente: “Qué bajo has caído. Esto es como saltarse un semáforo en rojo. Esto va a perjudicar a la compañía”. El legionario se defendió diciendo que él sólo había dicho la verdad. El cabo se alteró y le expulsó: “Vete, vete de aquí que no te quiero ver la cara”. Ya era oficial: el legionario honesto ya tenía a todos sus compañeros en contra. La situación dentro del cuartel era insostenibe para él.

Esos nervios se complicaron por el hecho de que ese mismo día tocaba otro ejercicio de fuego real, de la misma naturaleza que el que mató a Alejandro Jimenez Cruz. Y a él le tocaba participar, pero con el agravante de que tenía a todos sus compañeros en contra. Cualquier cosa podría pasar allí. Fue entonces cuando F.J.P. se dirigió a superiores de mayor rango que el capitán para hacerles saber que se encontraba en una situación de absoluta angustia y ansiedad. Un Teniente Coronel fue el que le atendió con más corrección, el que le sugirió que fuese a enfermería a que le diesen la pastilla, el que le exoneró de participar en la práctica de tiro y el que le recomendó que condujese con cuidado hasta su casa en Jerez, por el efecto que le podría provocar la pastilla contra la ansiedad que le habían suministrado.
El vacío absoluto

Esa misma noche, F.J.P. detectó que estaba siendo eliminado de todos los grupos de Whatsapp de la Legión en los que estaba incluido. El de su compañía, el del tercio… El vacío absoluto que le estaban haciendo sus compañeros se acababa de confirmar. No era algo personal de su sargento contra él. Y no fue lo último. Según ha sabido EL ESPAÑOL, el legionario fue objeto de otros intentos de boicot, como el hecho de que intentaron forzar su taquilla para introducirle munición. Si en una revisión, le encuentran armamento o munición dentro de su casilla, eso supone una falta muy grave.

F.J.P. se marchó a Jerez con una baja médica que todavía dura. Volvió a tener contacto con sus compañeros el día en el que tuvo que asistir a la reconstrucción de los hechos en el campo de Agost en el que murió Alejandro. El miedo que tenía a posibles represalias fue el que hizo que solicitase acudir a dicha reconstrucción escoltado por la Guardia Civil.
El legionario Cruz murió a causa del impacto de un proyectil en su pectoral

El legionario Cruz murió a causa del impacto de un proyectil en su pectoral

F.J.P no quiere hablar con los medios, a consejo de su abogado. Sólo espera que empiece el juicio el próximo mes de mayo, “a ver en qué lugar me deja a mí. Yo lo único que hice fue cumplir con mi deber, con el credo legionario, que es decir la verdad. Eso es la legión, valores de honestidad y lealtad en los que siempre he creído. He dicho la verdad y no me arrepiento”, concluye. Está a la espera de recuperarse y ser reubicado en otra facción del ejército, porque a la legión no va a poder volver. Ha sido su pasión desde niño, pero este incidente ha acabado truncando el sueño de su vida y la vida propiamente dicha de su compañero Alejandro. Un suceso irreparable del que ya solamente espera “que se celebre el juicio y se sepa la verdad”.

Un legionario muerto en extrañas circunstancias, cuando estaba desarmado y rodilla en tierra. Un disparo directo al pecho que salió del fusil de su sargento, que no tendría que estar disparando. Una versión oficial llena de falsedades. Un capitán ordenando a sus hombres mentir. Un legionario que dice la verdad y es por ello acosado y marginado hasta que no puede más y acaba fuera de la Legión por un cuadro de ansiedad. Una investigación que pone de manifiesto un puñado de irregularidades que hacen de este caso el más grave de la historia reciente del ejército, y que las fuerzas armadas deberán afrontar con todas las consecuencias, en pos de la verdad y de la credibilidad de un estamento tan importante como el Ejército de España.
https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 351_0.html

La prueba de balística identificó al autor del tiro que mató al legionario en Agost

Laboratorio de Criminalística. Los informes de los expertos del Departamento de Balística de la Guardia Civil de Alicante resultaron determinantes en el caso de la muerte del legionario mallorquín Alejandro Jiménez Cruz durante unos ejercicios en Agost. Identificaron el fusil del que partió el proyectil y descartaron que fuera un rebote.

El 3 de abril, apenas una semana después de la muerte del legionario mallorquín Alejandro Jiménez Cruz tras recibir un disparo durante un ejercicio de fuego real en el campo de maniobras de Agost, un teniente coronel del Ejército firma un informe interno sobre el incidente. «No se puede determinar que hubiera negligencia por parte de ninguno de los ejecutantes, desconociéndose, con la información disponible hasta el momento, el posible origen del fuego causante del accidente».

No fue una explicación satisfactoria para la Guardia Civil. Durante los meses que siguieron, los agentes del Grupo de Homicidios y el Laboratorio de Criminalística de Alicante realizaron ingentes gestiones, que se han plasmado en un informe de más de 1.500 páginas al que ha tenido acceso INFORMACIÓN. Las pesquisas comenzaron con dieciséis investigados, entre los que estaban los once legionarios miembros de los dos pelotones que participaron en las maniobras, sus respectivos sargentos y tenientes, y el capitán jefe de la compañía. Entre las diligencias realizadas, se incluyó una ficha antropométrica de cada uno de ellos, que incluía complexión y lateralidad (si eran zurdos o diestros) y el análisis de la posición que cada uno ocupaba durante la reconstrucción de los hechos. Sin embargo, el punto culminante lo aporta el análisis balístico, que permite confirmar que el proyectil que causó la muerte del joven mallorquín salió de un fusil en concreto, catalogado como el 70330. Era el asignado al sargento de su pelotón.

El análisis, realizado por los especialistas del Departamento de Balística adscrito al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Alicante, partió de cinco fragmentos en los que se dividió el proyectil que causó la muerte de Alejandro Jiménez. Estas muestras, catalogadas con los números del 1 al 5, fueron cotejadas minuciosamente con los proyectiles disparados por dieciséis armas, catorce fusiles y dos ametralladoras, que portaban los miembros de los dos pelotones que participaban en el ejercicio en el que murió el joven. Todas estas armas están también numeradas, y cada una estaba asignada a uno de los militares.

Los expertos de balística detallan en su informe que cuatro de los cinco fragmentos del proyectil que causó la muerte a Alejandro Jiménez no se pueden comparar debido a su pequeño tamaño, su deformidad o porque no presentan señales individuales. La clave está en el fragmento etiquetado como número 2, que presentaba unas estrías definidas, comparables a las huellas dactilares humanas. Estas marcas resultaron idénticas a los proyectiles disparados con el fusil catalogado con el número de identificación 70330. Los expertos lo consideran una prueba inequívoca. Es el que estaba asignado al sargento del pelotón de Alejandro Jiménez Cruz.

Nuevas pruebas científicas se centraron en determinar si se trató de un disparo directo o un rebote. Los especialistas tuvieron en cuenta las características tanto del arma como de los proyectiles, así como la trayectoria que siguió la bala que causó la muerte al joven legionario. Los analistas realizaron diversas pruebas en el campo de tiro de Agost y confirmaron que la munición utilizada se fragmenta en cuanto impacta contra un cuerpo. De tratarse de un rebote, Alejandro habría sido alcanzado por una esquirla, no por un proyectil entero, que se dividió después de alcanzarle.

«Guardia baja»

Los analistas descubrieron una marca en la culata del fusil de Alejandro. El proyectil rozó el arma del joven antes de alcanzarle. Un estudio del ángulo determinó que el joven ese encontraba en posición de «guardia baja», con la rodilla en tierra y su fusil apuntando al suelo, cuando fue herido mortalmente. El disparó se hizo desde una distancia de 16,5 metros y en un punto ligeramente más bajo, con una trayectoria ascendente.

Las conclusiones de este nuevo estudio de balística son también contundentes. «El fusil con el número de identificación 70330 se encuentra en eficaz estado de funcionamiento, aunque presenta deficiencias que solo le permite disparar en tiro semiautomático», es decir, tiro a tiro. «El disparo que provocó el fallecimiento de Alejandro Jiménez fue fruto de un disparo directo y no de un rebote». Por último, se aprecia «una discrepancia en la posición del tirador con respecto a los casquillos recogidos, que implica que o bien la posición del tirador no es la correcta o los casquillos han sido modificados de lugar».

Llegados a este punto, los investigadores de la Guardia Civil toman una nueva declaración al sargento del pelotón de Alejandro Jiménez, la tercera , y se le informa del resultado del informe. El suboficial niega una y otra vez que fuera el autor del disparo que causó la muerte del legionario. Admite que disparó durante el ejercicio, aunque no llegó a consumir un cargador entero. «No entiendo el resultado del informe de balística», manifestó. «Yo no fui».

https://www.diarioinformacion.com/suces ... 13943.html

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 Asunto: Re: La Legión.
NotaPublicado: 13 Ene 2024 12:56 
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Minutos después de las 10 de la mañana del 13 de enero de 1958 se desató el infierno. Varias ráfagas de ametralladora agujerearon los primeros vehículos de los 350 hombres de la XIII Bandera de la Legión que circulaban en misión de reconocimiento por el cauce seco de un río en Saguia el Hamra, hoy Sáhara Occidental. Pronto se escuchó el grito de los primeros heridos. Iban en busca de una numerosa partida de guerrilleros marroquíes que, encuadrados bajo las órdenes del Ejército de Liberación Nacional, acosaban el Sáhara español. Estos les encontraron antes y los legionarios descendieron de sus vehículos mientras el enemigo les escupía un torrente de balas desde las dunas y los ásperos matorrales africanos.

El teniente Arturo Martín de Gamborino ordenó devolver los disparos. Poco después, rodeado de casquillos ensangrentados, caía abatido de un disparo en el vientre. Entre los primeros todoterrenos de la columna marchaba el coche del Regimiento de Transmisiones 21, operado por el cabo primero Pedro Fernández-Mayoralas, encargado de mantener las comunicaciones. Estas se volvían cada vez más angustiosas según aumentaban los heridos y el crepitar de las ametralladoras, hasta que a las cuatro de la tarde no se supo más de aquella emisora y sus mensajes cesaron por completo.

El capitán Agustín Jáuregui, dispuesto a cortar la hipotética retirada de la partida enemiga y salir de aquel atolladero, se internó con sus hombres en el valle. Pensando que sorprendería a los marroquíes por su retaguardia, se los encontró de frente. El combate se convirtió en una auténtica escabechina y se llegó a las bayonetas después de quedar rodeados. El propio capitán y gran parte de su tropa pereció en aquel lejano wadi saharaui. Los morteros de la sección de apoyo, al rojo vivo, se quedaron mudos al terminarse los proyectiles. Al caer la noche, el valle olía a cordita y a sangre.

Los marroquíes, que también sufrieron abundantes bajas, abandonaron sus posiciones mientras la luna y el infinito manto estrellado envolvían el valle como un sudario. El coche de transmisiones apareció completamente destartalado, sin baterías ni emisora. Del cabo primero Fernández-Mayoralas jamás se supo nada ni nunca se localizó su cadáver. Se lo tragó el desierto.

"En este terreno quebrado en el que la ocultación era difícil, el 13 de enero de 1958, la XIII Bandera de la Legión sufrió una emboscada al carecer de flanqueos y su 2.ª Compañía, que marchaba en vanguardia, resultó duramente batida por el fuego enemigo llegándose al combate al cuerpo a cuerpo. Cuando se produjo el repliegue al atardecer, las bajas ascendían a 48 muertos y 64 heridos". Así resume el brutal choque el coronel de Artillería Ignacio Fuente Cobo en un artículo de la revista Ejército.

El combate de Edchera fue uno de los más sangrientos que recuerda el Ejército y el último en el que se han concedido la máxima condecoración militar española: la Laureada de San Fernando. Todo ello ocurrió en la olvidada y censurada guerra de Ifni (1957-1958). Una semana después del combate, un escueto y marcial telegrama desgarró una familia entera. Sin mayores explicaciones se informaba de que Pedro Fernández-Mayoralas estaba desaparecido en combate. Diez años después, siguiendo la ley militar, se le reconoció como fallecido en combate sin apenas informar a sus familiares.

Este próximo sábado, la Legión española homenajeará en Almería a este desaparecido soldado de transmisiones que fue condecorado de manera póstuma después de Edchera con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo. Dicha medalla será entregada a su hermana Marciana, de 84 años.



La historia de Pedro Fernández-Mayoralas ha sido rescatada del olvido casi por accidente. El teniente coronel Juan José Crespo, actualmente destinado en el cuartel general de la OTAN en Bruselas, decidió recopilar en un libro 24 historias de los soldados que sirvieron en el Regimiento de Transmisiones 21 con motivo de su 150 aniversario, ocurrido en 2022.

El teniente coronel recuerda en su obra al desaparecido, y cuando publicó El alma del 21 pudo localizar a sus últimos familiares vivos, especialmente a su hermana Marciana. Así, después de seis décadas de olvido y por iniciativa de la Legión, Pedro Fernández-Mayoralas será recordado en un acto de reconocimiento que le devolverá la dignidad tanto a él como a su familia después del silencio oficial que rodeó su muerte con motivo de la férrea censura que impuso el régimen de Franco sobre los combates en África.
https://www.elespanol.com/historia/2024 ... 613_0.html

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