Uno de los mayores genocidas de la 2GM fue el General de las SS Friedrich Jeckeln, responsable del asesinato de más de cien mil personas en los territorios ocupados del Este (masacre de Babi Yar, masacre de Kamianets-Podilskyi, liquidación del gueto de Riga entre otras). Los que le conocieron le definen como un hombre frío,brutal y arrogante, que supervisaba en persona los fusilamientos en masa "como Napoleón oteando el campo de batalla". Para él, los fusilamientos eran "un acto de patriotismo" y sus ejecutores, merecedores de los más altos honores.
Jeckeln fue el "inventor" del procedimiento que seguían los nazis en sus fusilamientos masivos: las víctimas eran obligadas a tumbarse unas encima de otras, con el objeto de aprovechar mejor el espacio de la fosa. A este procedimiento se le llamó "Sardinenpackung": empaquetados como sardinas en lata. En una muestra de humor cruel y macabro, a los judíos del gueto de Riga les engañó prometiéndoles trabajo en una fábrica de conservas, cuando en realidad se les conducía a una fosa común para ser fusilados. Incluso obligó a su chófer particular a tomar parte en un escuadrón de fusilamiento para probar su lealtad. Durante una fiesta, envalentonado por el alcohol, declaró que su objetivo en la vida era perseguir y aniquilar a todos los judíos del mundo.
Su historia personal está plagada de violencia y no exenta de contradicciones: nacido en 1895 el seno de una familia de clase media, fue llamado a filas en la 1GM mientras se encontraba cursando estudios de ingeniería. Ganó la Cruz De Hierro de segunda clase y fue herido de gravedad. Se unió a las SS en 1930 y fue jefe de policía en Brunswick, donde ayudó a encubrir las acciones criminales de los nazis contra sus rivales políticos (atentados con bomba, palizas y asesinatos). Empezó la 2GM en la Waffen SS (División Totenkopf), unidad implicada en la Masacre de Le Paradis, donde fueron asesinados noventa y siete prisioneros de guerra británicos.
Curiosamente, estuvo casado con una mujer judía en los años 20, de la que se divorció por culpa de problemas económicos y por su desmedida afición al alcohol: en una ocasión fue arrestado por la Policía por conducir en coche a 100 km/h "con total desprecio por la seguridad de los viandantes", según el informe del arresto. Esto estuvo a punto de costarle la expulsión de las SS. Además, tenía ideas polémicas acerca de la superioridad racial: en un discurso en público declaró que una idea de raza superior basada en cualidades estéticas ("alto, rubio y de ojos azules") era una solemne estupidez ya que, en su opinión, la superioridad de un individuo se manifestaba en sus cualidades atléticas e intelectuales, independientemente de su raza o nacionalidad (a excepción de los judíos, a los que consideraba una plaga). De hecho, discutió el tema con Heinrich Himmler para que le dejara formar una unidad de las SS formada por individuos eslavos. Hay quien piensa que esta visión "liberal" sobre la raza y el hecho de haber estado casado con una mujer judía le motivaban a cumplir celosamente con su tarea de exterminador, como forma de "hacer méritos" ante la jerarquía nazi más ortodoxa.
Jeckeln era un hombre de escasa cultura que no se sentía cómodo en el ambiente de los oficiales nazis, a los que despreciaba por entender que no eran lo bastante duros y radicales. Él prefería agasajar a los miembros del escuadrón de fusilamiento con numerosas medallas y cenas en su residencia palaciega. Según uno de los presentes, en esas cenas corría el alcohol a raudales pero nadie era capaz de probar bocado "por culpa del olor agrio y dulzón que desprendían nuestras ropas después de un día de trabajo".
En 1945 fue capturado por los rusos, quienes le encontraron culpable de crímenes contra el pueblo soviético y le condenaron a la horca. Cuando le preguntaron por qué todo un General se molestaba en supervisar personalmente los fusilamientos en vez de enviar a un ayudante, Jeckeln contestó: "Fusilar a treinta mil personas es una tarea penosa para cualquier soldado y el jefe debe prestarles su apoyo moral". Jeckeln recibió la sentencia del tribunal con total indiferencia, según cuenta el traductor que le asistió durante el juicio. Fue ejecutado el tres de febrero de 1946. Murió sin arrepentirse y sosteniendo hasta el final que Adolf Hitler era el hombre más grande de todos los tiempos. Su ejecución se desarrolló en un ambiente festivo: uno de los espectadores arrancó las botas del cadáver de Jeckeln y se las llevó a su casa de recuerdo.
En 1992 su hija (nacida dentro del programa Lebensborn de las SS) participó en un documental muy interesante, "A Child for Hitler":
https://www.youtube.com/watch?v=eDiOYLbiyp8