Fuerzas de Elite

Portal dedicado a las Unidades Especiales de la Policia y el Ejercito, sus tácticas, sus armas, su equipamiento...
Creditos
Fecha actual 28 Mar 2024 14:23

Todos los horarios son UTC + 1 hora




Nuevo tema Responder al tema  [ 788 mensajes ]  Ir a página Anterior  1 ... 83, 84, 85, 86, 87, 88  Siguiente
Autor Mensaje
NotaPublicado: 07 Ene 2019 09:49 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
Elena Camiruaga tiene 26 años y es ertzaina. Siempre tuvo claro que quería ser policía. Desde que tuvo uso de razón, cuando veía una patrulla pensaba «esto es lo que yo quiero», cuenta. No hubo que convencerla. «Sabía que esto era para mi». Por eso estudió Criminología en la UPV/EHU y después fue una de las 77 mujeres que salieron de la 26 promoción de la Ertzaintza, que acabó su periodo de formación en el mes de junio. Ahora, en periodo de prácticas, patrulla por las calles de Galdakao, localidad a cuya comisaría está asignada, «disfrutando», dice, «de un trabajo que es diferente cada día», y «del contacto con la gente en la calle», con el objetivo de intentar ascender en su rango en cuanto termine su periodo de prácticas.

Elena forma ya parte del porcentaje de mujeres en la Ertzaintza, todavía muy reducido si se compara con otra profesiones. Apenas supera el 12%, algo más de 920 mujeres en un colectivo de más de 7.400 agentes.

Son pocas, y además, de momento, les cuesta llegar a los puestos de responsabilidad, en parte también porque son muy inferiores en número al de sus compañeros varones. Por ejemplo, sólo hay una mujer intendente, el cargo más elevado, pero lo está habilitada, es decir en funciones, y el número de comisarias o subcomisarias es mínimo.

Ni que decir tiene que la presencia de las mujeres en determinadas áreas de trabajo es residual o incluso nula.

Con datos referidos al mes de noviembre -porque la situación del personal con las OPE y las jubilaciones varía casi de forma constante- no hay ninguna mujer en desactivación de explosivos o en intervención; en la brigada móvil sólo hay 12, apenas un 2,91% de los agentes que compone esa unidad, y en vigilancia y rescate sólo una mujer frente a 116 hombres, el 0,85% de total.

Conseguir que las mujeres se incorporen en mayor medida a la Policía Autónoma vasca y que accedan a puestos de responsabilidad es una de las asignaturas pendientes de la Ertzaintza desde que en 1983 accedieron las primeras mujeres al cuerpo. Fue en la segunda promoción, porque en la primera se exigió en la OPE tener cumplido el servicio militar, lo que de facto las dejó fuera.

35 años después de aquellas primeras incorporaciones, el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, que dirige precisamente una mujer, Estefanía Beltrán de Heredia, se ha marcado como reto elevar el porcentaje de mujeres hasta el 33%. Es decir, conseguir que al menos una de cada tres ertzainas sea una mujer, para lo que se pretende poner en marcha medidas de acción positivas a favor de las mujeres. O lo que es lo mismo, cuotas que persigan el objetivo de intentar incrementar el número.

A las mujeres aspirantes a ertzainas que se inscriban para la OPE de la promoción 28, cuyo plazo está abierto hasta el 31 de enero, no les afectarán todavía las cuotas. El proyecto de quinta modificación de la Ley de la Policía del País Vasco está todavía pendiente de ratificarse por el Parlamento. Aún así, por primera vez, el número de mujeres inscritas para el proceso de selección de esta oferta de empleo se sitúa en el 30%. Con datos del 3 de enero, hay 1.986 inscritos, de los que 598 son mujeres.

«Es necesario que seamos conscientes de que hace falta que haya más mujeres. Algo tan importante como la seguridad de la ciudadanía no puede quedar sólo en manos de los hombres», dice Elena Sangroniz. Ella cumplirá en el mes de junio 35 años en el cuerpo. Formó parte de la cuarta promocion, la de 1984, la tercera para las mujeres. Ahora es subcomisaria en la Oficina Central de Inteligencia, pero a sus 57 años, después de pasar por varios destinos, desde patrullas en comisarías de Gernika, Getxo, Muskiz, Sestao, aéras de tráfico, protección ciudadana, investigación...no tiene duda de que la Ertzaintza y la Policía en general «es un mundo muy masculinizado».

«Estoy de acuerdo con que haya medidas de acción positivas, que tienen que ser extraordinarias y temporales», dice, «para que se corrija la situación».

Ella, como Piedad Calabozo, que también entró en el cuerpo en la cuarta promoción de 1984, se encontraron una Ertzaintza muy diferente a la actual, cuando «en la academia todavía llevábamos falda-pantalón».

Ninguna de las dos tenían vocación de policías cuando decidieron opositar. Elena era administrativo y Piedad, que entonces era titulada en magisterio, nunca se había planteado de pequeña ser Policía. «De pequeña quería ser panadera o camionera», dice. «Pero vi un anuncio y me llamó la atención».

Entonces eran toda una novedad:«En nuestra primera salida al Ibilaldia de Bermeo la gente nos pedía hacerse fotos con nosotros».

Piedad ha pasado también por múltiples destinos a lo largo de su carrera profesional: patrullando, irrati, atestados, unidad de información e investigación... También ha sido el enlace de la Ertzaintza para los asuntos del espacio Schengen, entre otras destinos, y actualmente está en el servicio de relaciones institucionales desde donde se ocupa entre otras cuestiones del impulso de las políticas de igualdad que trata de impulsar el departamento.

«Visibilizar a la mujer en la Ertzaintza es una de las tareas pendientes. No sólo que estemos, sino que se nos vea que estamos», dice. Porque el que haya pocas mujeres no es más que «el reflejo de cómo es la sociedad» dice, de cómo a las mujeres se les han ido asignando roles desde que son pequeñas a determinadas profesiones en las que no entra ser ertzainas. «Y para que eso cambie se nos tiene que ver. Para animar a las chicas, porque lo que no se ve es como que no existe». Y recalca: «si se hace un calendario tiene que haber presencia femenina, si se va a unas charlas a un colegio tienen que ir mujeres, si se da una rueda de prensa también...» Y un sistema de cuota es absolutamente necesario. «Es algo que se entiende como normal en otros ámbitos en los que nos es suficiente la presencia de la mujer. ¿Por qué no aquí?».

Tanto Piedad como la subcomisaria Elena, creen que lo fundamental es demostrar a las jóvenes que buscan una profesión que ser ertzaina tiene futuro y «que no es sólo patrullar», sino que se te abre un enorme abanico de probabilidades que van desde la investigación, la policía científica, la seguridad privada, la unidad de rescate, la atención a las víctimas de violencia de todo tipo y también de violencia doméstica.

«Y además, ser patrullera no es pelearse con nadie porque la mayoría son asistenciales. El trabajo de patrullera es reconfortante» por el contacto con la gente, dice la subcomisaria Elena. «Hay que quitarle épica». «La gente dice: 'qué valiente hay que ser para ser ertzaina. ¡Y para ser cajera de supermercado en según que sitios!», replica.

Lo cierto es que Elena Camiruaga, recién llegada a la profesión también reconoce que el mayor problema para que las mujeres se quieran sumar a las filas de la Policía Autónoma es la falta de información. «La gente no sabe el abanico que se te abre de posibilidades. Creen que te vas a estancar en patrullar y eso no es así. Además, con la cantidad de gente que se está jubilando, las que entramos ahora tenemos la posibilidad de conseguir cualquier cosa que nos queramos proponer». Y que no es sólo una cuestión de preparación física, sino que las dotes de comunicación y la empatía con la gente son esenciales para desarrollar bien este trabajo.

Y para los que creen que el trabajo con horario de turnos de mañana, tarde y noche. puede llegar a ser demasiado duro, Elena ya ha comprobado que no es ni mucho menos malo, y cuenta con una sonrisa que «de cada cinco semanas trabajas tres y libras dos». «Lo malo», dice «que los turnos de fin de semana son de 12 horas».
https://www.elmundo.es/pais-vasco/2019/ ... b4647.html

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 

Compartir en:

Compartir en Facebook FacebookCompartir en Twitter TwitterCompartir en Tuenti TuentiCompartir en Sonico SonicoCompartir en Digg DiggCompartir en Delicious DeliciousCompartir en Technorati TechnoratiCompartir en Tumblr TumblrCompartir en Google+ Google+

NotaPublicado: 13 Ene 2019 12:00 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
Las bajas por motivos psicológicos de las mujeres agentes de la Guardia Civil ha crecido de forma sostenida en el último lustro. Según datos aportados por la Asociación Unificada de Guardias Civiles a Vozpópuli - la Guardia Civil no los ha aportado a este medio por ser "confidenciales" -, el número de bajas psicológicas empezó a crecer en 2013 de forma que al cabo de 2017, la cifra de bajas fue de 831, casi un 25% más que en 2013. Los datos de 2018, en suma, permiten avisorar que la cifra de bajas será similar a la de 2017, siendo que al cabo del tercer trimestre, la cifra era de 612, frente a los 645 de todo 2013.


La evolución de las bajas psicológicas de las mujeres contrasta en cierta medida con la de los agentes masculinos. La de estos últimos creció en los últimos años a un ritmo menor, de un 11% entre 2013 y 2017. Según datos del mismo sindicato, entre 2012 y 2017 el número de mujeres en la Benemérita creció un 1%, hasta los 5.500 agentes, mientras que la cifra de los agentes masculinos se mantuvo cercana a los 75.000.

Manuel Cobo, representante de la Asociación Española de Guardias Civiles, considera que la razón del aumento de las bajas psicológicas tiene que ver con los problemas que plantea el trabajo en la Guardia Civil en materia de conciliación familiar y que afectan tanto a mujeres como a hombres.

"No hay problema específico con las mujeres por el hecho de que lo sean sino que la conciliación es en sí complicada; pides la reducción horaria y te la dan pero no en los horarios que quieres por aquello del agravio comparativo a otros agentes...y cada familia se toma esto de una forma. Así, muchas veces no te queda otra que la baja psicológica para cuidar de tu hijo, queda mucho por hacer en materia de conciliación familiar", explica este portavoz de la AEGC, sin dejar de recordar la dificultad que esto entraña sobre todo para los matrimonios entre guardias civiles.

Paralelamente, la Secretaria de Mujer de AUGC, Alicia Sánchez, apunta la entrada en vigor en 2013 de un protocolo para las agentes que son madres y, que según la representante de AUGC, plantea derechos que en la práctica luego no se respetan, lo que favorece puntualmente el incremento sostenido de las bajas psicológicas de forma sostenida de las mujeres.
Conciliación y denuncias

"Cuando estás embarazada o una vez que eres madre, ocurre que solicitas la conciliación y prefieren que te dés de baja", dice Sánchez, que explica que la baja puede darse bien porque lo solicita la afectada o porque lo hace un psicólogo o representante de la propia Benemérita.

"En otras ocasiones, sucede que denuncias acoso sexual o laboral y te recomiendan que te dés de baja para quitarte de en medio en lugar de investigar al denunciado". Así, para Sánchez existe otro factor detrás de las bajas psicológicas y tiene que ver con la creciente predisposición de las mujeres para reivindicar derechos y denunciar situaciones que consideran injustas, lo que redunda en una espiral de presuntos acosos que acaba por generarles problemas psicológicos reales.

"Antes, las mujeres no reclamábamos nuestros derechos pero hemos empezado a hacerlo y eso lleva en muchos casos a que nos machaquen, provocándonos situaciones que nos llevan a baja psicológica", reivindica Sánchez, haciendo alusión a casos de agentes como las sargentosMaría SerranoyMaría Luisa Flores.

Otras fuentes, asimismo, apuntan en la misma línea que "no es normal" que los psicólogos de la Benemérita sean oficiales del cuerpo y que los agentes no pasan reconocimientos médicos periódicos.
https://www.vozpopuli.com/espana/bajas- ... 80159.html

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 02 Feb 2019 09:57 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
“Inspector femenino” Angelines, recuerda María Ángeles Moreno que la llamaban. Esa fue la denominación que recibieron las primeras 42 mujeres que entraron a formar parte del “Cuerpo General” de policía hace hoy 40 años. Aquella policía llamada “general” y que “hacía básicamente labores de investigación” se fusionó con la entonces llamada Policía Nacional en 1986 y dio lugar al Cuerpo Nacional de Policía. Hoy son ya 9.068 mujeres, el 14,3% de una de las instituciones mejor valoradas por los españoles en las encuestas: “No somos más que un reflejo de la sociedad y en esa misma medida hemos avanzado y nos queda mucho trabajo por hacer”, dice la comisaría María Dolores López Sánchez, al frente de la Oficina Nacional para la Igualdad de Género dentro del propio cuerpo. Una unidad creada exactamente hace un año.

Hace 40, el 1 de febrero de 1979, tras aprobar la pertinente oposición, cogían su pistola y su placa y se incorporaban a sus destinos 42 inspectoras decididas a desempeñar un trabajo ligado a su preparación, casi siempre universitaria: “Íbamos de paisano, casi todas pasamos a puestos operativos directamente, nos usaban para todo: para vigilancias en las que pasábamos más desapercibidas, para acompañar o cubrir a compañeros, éramos una suerte de comodín porque nos movían en función de las necesidades de un grupo a otro, no parábamos”, recuerda Angelines, de 62 años.
De secretarias a policía secreta

Hasta ese momento, las mujeres que habían ingresado en el Cuerpo lo habían hecho como secretarias. Eran los años en los que “a las mujeres violadas o maltratadas se les preguntaba en las comisarias si iban demasiado provocativas, o si andaban solas por la calle, si habían disfrutado o si llevaban minifalda”, asegura.

Poco tiempo después, ella, junto a algunas otras de aquellas pioneras, tuvieron que “educar” a muchos de sus compañeros en la Escuela de Policías de Ávila para explicarles “qué preguntas no se podían hacer en ningún caso y cómo había que tratar a esas mujeres”. Eran los inicios de las ahora llamadas Unidades de Familia y Mujer (UFAM), con presencia hoy en casi todas las comisarías.
Un observatorio de igualdad en el Cuerpo

Hoy se cumple un año desde que se creó la Oficina Nacional para la Igualdad de Género en la Policía (ONIG), una suerte de “observatorio” que pretende velar por la igualdad de manera transversal dentro del cuerpo: “Desde vigilar que el lenguaje sea inclusivo (ya somos inspectoras y comisarias), hasta resolver conflictos de género dentro del cuerpo, pasando por mejorar la conciliación y la corresponsabilidad”, explica la responsable de esa unidad, la comisaria María Dolores Sánchez, que ascendió antes que su marido —también policía— y que es madre de tres niños.

En estas cuatro décadas, aparte de hacerse más visibles e ir ocupando puestos de responsabilidad —hay siete comisarias principales frente a 122 hombres con el más alto rango; y 24 comisarias, frente a 244 comisarios— .

No obstante, al igual que otras de las veteranas, tuvieron que soportar que un juez cuestionara su presencia en la escena de un crimen: “Usted que hace aquí, esto es muy desagradable”. O que un detenido incrédulo les dijera: “Esto es una broma, ¿verdad?”.

Aquellos tiempos han dado lugar a estos otros: “Alguna vez me han ‘confundido’ en los juzgados con una abogada”, cuenta Blanca Ruíz, inspectora de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO). “Y sí me he encontrado con detenidos que me han preguntado: ¿Dónde está la cámara?”, pero cada vez es más similar lo que puede aportar un hombre policía que una mujer policía”, asegura.

Mujeres, y policías, aseguran que el reto es social y tiene que ver con “la educación y con una conciliación familiar paritaria”, dice la comisaria Carmen Muñoz. Y apostilla Dolores Sánchez: “No es tanto lo que encontramos en el Cuerpo sino lo que cada una tenemos en casa”.

https://elpais.com/politica/2019/02/01/ ... 93409.html

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 06 Feb 2019 09:56 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
4/2/2019. Presentación ante el ministro del interior renanowestfaliano del BFE del BePo del LP de Renania del Norte-Westfalia el cual era el único LP que no disponía de „BFE-Einheit“ (Beweissicherung und Festnahme) en Bochum (365.529 hab.), la unidad está formada por 46 agentes:
Imagen
alvarocnp escribió:
Me resulta curiosa la pistola roja del BFE del BePo del LP de Renania del Norte-Westfalia ? Simulada? Spray de pimienta?

Es una pistola de entrenamiento.-

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 11 Abr 2019 10:05 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
Se llama Carmen Quinteros Giméne, es una militar paraguaya y su delito ha consistido en solicitar un permiso para amamantar a su hijo recién nacido. Como lo oyen. Tal y como informa El País, esta teniente de fragata (equivale a un alférez de navío en nuestra Armada) reclamó a sus superiores que la excluyeran de las guardias de 24 horas que se realizan cada tres jornadas. La decisión de la Corte Suprema del país suramericano ha dictaminado que Quinteros tendrá que enfrentarse a 45 días de prisión por falta disciplinaria. Pena que podrá cumplir en su domicilio.

Esta militar de 33 años apeló al derecho de su bebé a nutrirse como corresponde a un niño de su edad, reclamo que un juzgado de la niñez entendió conforme a derecho, exigiendo a su superior a que le concediera tales permisos. Sin embargo, el militar decidió desplazar a la teniente de su puesto originario como administrativa a otro en una "unidad operativa", lo que implicaba que Quinteros tenía que hacer frente a permanencias en el cuartel que alcanzaban las 32 horas.

Se abría de este modo un escenario que la teniente ni siquiera se había planteado en un principio, a saber; un pulso entre el derecho civil y el castrense. La presión social hizo que los superiores de Quinteros trataran de enviarla a prisión alegando calumnias, momento en el cual el Defensor del Pueblo paraguayo tuvo a bien presentar un habeas corpus para evitar esta situación.

Finalmente este lunes el fallo de la Corte ha avalado la pena inicial que dictaminó en su día un tribunal militar contra Quinteros. Tras la sentencia, los letrados que defienden a la teniente han solicitado, sin éxito, al presidente Mario Abdo Benítez, que interceda. "Yo no puedo ir contra la ley. Hicimos las averiguaciones para saber cómo está el caso, pero los asesores jurídicos de la Presidencia me dicen que no está en nuestra atribución interceder", zanjaba el mandatario.

Por su parte, la ministra de la Mujer, Nilda Romero, ha querido pronunciarse afirmando que “la sanción [contra Quinteros] está fuera de tiempo y es un mal precedente”. Por último, Romero ha destacado que la teniente tiene en su mano la posibilidad de recurrir ante la Justicia internacional.
https://www.publico.es/internacional/pa ... -bebe.html

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 30 Jun 2019 07:49 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
Corría 1978, España se encontraba en plena Transición y en el BOE del 14 de marzo se publicaba la convocatoria de las primeras pruebas de selección para el Cuerpo General de Policía en las que se reservaban cien plazas a "miembros femeninos". Al año siguiente, el 30 de junio de 1979, juraban el cargo las 42 mujeres que formaron esa primera promoción del Cuerpo Superior de Policía. Una de ellas era Carmen Blanco Sánchez, en la actualidad Inspectora Jefe en la reserva.

Ella conocía bien lo que significaba ser policía. Su padre y su abuelo lo habían sido, de hecho este había muerto en acto de servicio. Solo tardó tres meses en prepararse las oposiciones, acababa de licenciarse en Derecho y el temario le resultó asequible. "Los profesores estaban descolocados, se encontraban por primer vez con chicas en la Academia y no sabían muy bien cómo tratarnos. Supongo que a algunos compañeros no les hizo ninguna gracia que ingresáramos; pero contábamos con una ventaja: en la Policía la disciplina es muy férrea y no se tolera ninguna falta de respeto". Tras pasar por Casa Real como escolta, estuvo en el Gabinete de Identificación, lo que ahora es la Policía Científica "aunque entonces era todo menos moderno, recuerdo pasarme horas con una lupa identificando huellas dactilares. A mí nunca me han gustado los trabajos monótonos, así que cada vez que podía me escapaba a tomar huellas a los presos a los calabozos o al anatómico forense", comenta la inspectora jefa.

En la actualidad un 14% de los miembros de la Policía Nacional son mujeres, una cifra aproximada a la de las Fuerzas Armadas, solo superadas por el más del 20% que forman parte de los Mossos d'Escuadra. Pero estas cifras pueden cambiar pronto. De hecho, la Comisaría Científica de la Policía Nacional roza ya la paridad, al tener un 41,2% de mujeres, en concreto 118 entre sus cinco unidades.

La revolución está en las nuevas generaciones que ingresan en la Academia. De los 3.200 que lo hicieron en la escala básica, 800 eran mujeres. Y la cifra es aún más alta en la escala ejecutiva:de un total de 130 alumnos, un 40% son de género femenino.

Elisa Pizarro es una de ellas, una policía vocacional que soñaba con utilizar sus conocimientos para ayudar a los demás. "Tengo claro que estamos al servicio del Estado y que el ciudadano es nuestro primer objetivo", cuenta en la academia de Ávila. "Y siento que aún falta visibilizar nuestra labor, a veces los medios solo señalan los errores, que como humanos podemos cometer. Por el hecho de estar uniformados destacamos más que otros trabajadores y se nos juzga de forma más rigurosa. Yo me siento muy orgullosa, porque pertenezco a una de las mejores policías de Europa, así nos consideran todos los países de nuestro entorno".

La futura inspectora Pizarro admira especialmente a una mujer, Pilar Allué; la que fuera comisaria de la Policía Científica y que ahora ostenta el cargo de subdirectora general de Recursos Humanos y Formación. La española es una de las pocas policías en el ámbito internacional que tiene en el máximo nivel de dirección a dos mujeres, una es Allué; la segunda, la comisaria principal Eulalia González Peña, subdirectora general del Gabinete Técnico.

El camino hasta llegar allí no ha sido fácil, solo hay que preguntarle a la inspectora Blanco cómo fueron los inicios: "Había muchas dudas a la hora de nombrarme primera jefa del grupo jurídico de la Comisaría General de Información, hubo superiores que creían que era mejor que mi cargo lo ocupar un hombre".

Todas las veteranas están de acuerdo en que hoy la igualdad reina a la hora de ascender, los requisitos no saben de géneros. Pero existe un talón de Aquiles que la comisaria general Eulalia Sánchez pone sobre la mesa: la corresponsabilidad familiar.

Los ascensos suelen ir acompañados de traslados y muchas agentes no pueden asumirlos por razones familiares, cosa que no suele ocurrir entre los varones. Ella no sufrió esas trabas. Se licenció en Periodismo y en 1987 ingresó en la escuela de Ávila animada por su padre que pertenecía al cuerpo.

Su primer destino fue Barcelona. "Entré en la entonces recién estrenada Unidad de la Mujer. Más tarde estuve vinculada a la lucha contra la violencia de género, al formar parte de una de las Unidades de Prevención, Asistencia y Protección (UPAP). Todas las que ingresamos en la Policía tenemos una gran vocación de servicio público. Por eso lo más duro es la intervención en la calle y lo más gratificante la posibilidad de ayudar al prójimo. Cuando una persona ha sufrido un delito hay que tratar de evitar la doble victimización", explica.

Por su sensibilidad, Eulalia está especialmente preocupada por la protección de la mujer: "Desde la Policía Nacional se está haciendo una labor enorme en dos sentidos, la mejora a la atención de la víctima y la prevención. Somos conscientes de que el problema se ataja con educación dentro de la familia y en las escuelas; por eso damos charlas en los colegios para explicar a a los menores temas que les afectan, como la violencia de género, el ciberacoso, el bullying o el consumo de drogas".

Para evitar cualquier atisbo de discriminación entre los agentes, el año pasado se puso en marcha la Oficina Nacional para la Igualdad de Género de la Policía Nacional. Al frente se encuentra Dolores López Sánchez, quien vela "porque se cumpla la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, promovemos medidas para la conciliación y la corresponsabilidad y formamos a los nuevos policías en esta materia".

La mayoría de las quejas y preguntas que le llegan son sobre temas de conciliación. Y añade: "Ahora nos queda por establecer un protocolo sobre acoso sexual, no porque aquí existan más casos, simplemente porque la Ley de Igualdad así lo exige. Otro tema que nos atañe es el de la violencia de género, tenemos unos protocolos establecidos, ya que hay muchas parejas dentro de la Policía Nacional y llevamos armas. Debemos establecer cuándo se retira una pistola o cómo se establecen las medidas cautelares de alejamiento en caso de que los policías compartan destino".

Los niños españoles sueñan con ser futbolistas en primer lugar y policías en segundo, vocación que no aparece, sin embargo, entre las niñas, que aspiran más bien a ser profesoras o veterinarias. Por esa razón, la comisaria Sánchez considera que el futuro pasa por "dar visibilidad a las mujeres policías y que se conviertan en referentes para las pequeñas".

Elisa Pizarro animaría a cualquier joven a seguir sus pasos: "Va a estudiar mucho, pero le va a merecer la pena porque realizamos un trabajo precioso y dinámico. Además aprenderán valores a veces olvidados como el compañerismo, la honestidad o la integridad". Su compañera Alba se muestra de acuerdo y añade que "las chicas deben desechar la idea de que es un trabajo de hombres. A mi abuela aún no le entra en la cabeza que yo haya ingresado en la policía, en las próximas generaciones esto no debe ocurrir".
Ante todo, vocación

Cuando Elisa Pizarro y Alba Mateos entran a la sala de tiro de la Escuela Nacional de Policía de España en Ávila, nadie se inmuta. Ellas ya no son una rareza, sino algo cotidiano.

De niña, Alba Mateos se pasaba las horas viendo y leyendo historias de detectives, con 28 años logró su sueño, ingresar en la Academia. Antes de opositar se licenció en Psicología y Criminología.

Su compañera Elisa Pizarro, 32 años, licenciada en Veterinaria y doctora en Biología Molecular, se encontró en una encrucijada: aceptar un contrato en Bélgica como bióloga o perseguir un sueño que la rondaba, vestir el uniforme de policía. Ambas han coincidido en Ávila.

La primera obtendrá su primer destino como agente tras nueve meses de formación; la segunda, tras dos años de estudios conseguirá el título de inspectora. Alba sueña con pertenecer a la Policía Judicial.

Elisa tiene sus miras puestas en la Policía Científica y en aplicar allí todo lo aprendido en la universidad. Así son las nuevas generaciones de agentes, jóvenes con estudios superiores y una clara vocación de servicio.
Carmen Blanco, la pionera

Su padre la animó a que se presentara a las primeras oposiciones del cuerpo que admitían a mujeres entre sus filas en 1979. Carmen lo hizo con la desaprobación de su madre que, puestos a elegir, prefería que fuera notaria. Su primer destino fue como escolta de la Casa Real, un puesto que tuvo que abandonar al contraer matrimonio porque entonces en reglamento no permitía que las escoltas estuvieran casadas. Ahora, retirada ya del servicio activo, siente que tomó la decisión acertada: "Nunca me he arrepentido, he sido muy feliz".
Eulalia Sánchez: ascender empieza en casa

"En la Policía Nacional tenemos una ventaja, existe igualdad de oportunidades para hombres y mujeres a la hora de ascender. De hecho, de los cuatro máximos cargos, dos somos mujeres". La que habla así es Eulalia Sánchez, subdirectora general del Gabinete Técnico desde el año pasado. Forma parte de una larga saga de policías (seis generaciones), todos varones excepto ella. Pero Eulalia llegó y ha conseguido lucir el máximo rango. Asegura no haber encontrado ninguna traba por ser mujer, "pero para hablar de igualdad real hay que abordar la corresponsabilidad dentro de la familia. La mía me ha acompañado en todos mis destinos. He notado el apoyo de mi entorno, sin eso es imposible lograr nada".
https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle ... b45ab.html

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 30 Jun 2019 19:35 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
23/6/2019. BePo del LP de Renania del Norte-Westfalia en las protestas contra el uso de carbón en Renania:
Imagen

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 08 Jul 2019 15:49 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
La Policía celebra el 40 aniversario de su apertura a las mujeres, aunque la primera de Valladolid, Esperanza Fraile, llegó en mayo de 1983. Hoy, cuando rozan el centenar y representan el 13% de la plantilla, asegura que se sienten «un policía más»

Al principio las cosas fueron muy mal. Ibas con los inspectores por la calle y la gente no asociaba que la mujer era también policía. En los registros te tenías que encargar de los niños y las mujeres...». La inspectora jefe Dolores Pérez, hoy jefa de la Brigada Provincial de Extranjeros y Fronteras de Valladolid, fue una de las pioneras en el Cuerpo. Hija de policía, dio el paso «sin dudarlo» en 1980, integrándose en la que sería la segunda promoción de inspectoras: «Éramos 60 mujeres de los cerca de 800 inspectores que salimos aquel año al Cuerpo Superior de Policía, que éramos los que íbamos de paisano», recuerda. El 1 de diciembre de 1982 recibió su primer destino en el Grupo de Homicidios de la primitiva Brigada de Investigación Criminal (hoy Policía Judicial) de Barcelona, donde pasó los siguientes 16 años como inspectora de «lo que todavía se conocía como la ‘Secreta’, antes de que se unificasen los dos cuerpos a finales de 1986».
«No ha habido baches gordos, pero sí he tenido que dar algún saltito para continuar mi carrera», ironiza esta ilerdense de 59 años. «También hubo compañeros y jefes que me ayudaron muchísimo», contrapone. Y confiesa también que en su casa todos apoyaron su decisión, pese a que su padre «sufrió» con la crudeza de aquel primer destino en Homicidios. «A él le impactó mucho, porque trabajábamos homicidios, extorsiones, secuestros, atracos... la verdad es que estábamos muy ‘pringaos’, como se decía, porque tenías que hacer mañana, tarde y noche, sin las compensaciones ni las libranzas que hay ahora... hasta el punto de que te ibas a casa a las tres de la mañana y el jefe te decía: ‘Mañana ven un poquito más tarde... a las nueve y cinco’», explica. «Pero yo tengo un recuerdo muy bonito de los inicios. Había mucho compañerismo y lo pasamos bien», apostilla.
DESDE MAYO DE 1983

Dolores Pérez fue una de las pioneras en la «difícil Barcelona preolímpica, la de la heroína y la de los atracos con recortada», si bien no llegó a Valladolid hasta 2002. La primera mujer policía que se incorporó a la Comisaría Provincial fue la inspectora Esperanza Fraile Arroyo, el 14 de Mayo de 1983, si bien es en este verano de 2019 cuando el Cuerpo conmemora el 40 aniversario de la llegada de la mujer a la Policía. Tras Fraile fueron irrumpiendo otras como la inspectora jefe Dolores Pérez y la oficial Pilar Zamora (2002), la inspectora Clara del Rey (2005), la policía Ana María Alonso (2008) y la subinspectora Elena López (2013). En la actualidad, la mujer representa al 13% de la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía en Valladolid, en concreto, 92 de 707, de las que cuatro son inspectoras jefe y trece, inspectoras; hay seis subinspectoras, catorce oficiales y 55 policías.
Desde ahí abajo empezó (en 1994) la hoy inspectora y delegada de Participación Ciudadana del CNP en Valladolid, Clara del Rey, quien ingresó en la Escala Básica tras estudiar Derecho y animada por su marido, también policía. A los cinco años ya ejercía de inspectora y hoy «no lo cambiaría por nada». Como tantos policías de aquellos años, debutó en Barcelona, en el Registro Central de Detenidos, donde las mujeres debían encargarse de unos cacheos a las arrestadas que, hasta su incorporación al Cuerpo, eran asumidos por las «mujeres administrativas que había»: «Me llamaban ‘niña’ y me molestaba, pero después ya me explicaron que ellos lo hacían para que los detenidos no se quedasen con mi nombre», rememora. «Dentro de la Academia sí había algo de machismo», dice, igual que en el que fue su primer destino en Madrid como inspectora, a donde llegó como adjunta a la jefatura de una comisaría de distrito: «Mi jefe era bastante machista y él decía cómo tenían que hacerse las cosas sin pedirte opinión, pero, bueno, esto es jerarquizado, y no había mayor problema... pero, claro, yo tenía unas cuarenta y tantas personas al cargo y, sí, les dabas las órdenes y... bueno, sobre todo, con uno sí tuve problemas, ya que era veterano y decía que yo no sabía nada, aunque creo que le hubiese pasado igual a un hombre». «A veces lo que había era mucho paternalismo, los hombres nos querían proteger», apostilla la inspectora Del Rey, quien señala que «ahora todo eso ha cambiado»: «Hoy somos uno más». «De lo único que me arrepiento un poco es de haberme venido a Valladolid, porque es más difícil ascender sin cambiar de destino, pero esto no es problema de ser mujer ni hombre, es el sistema y, a veces, teniendo hijos pues no ves tan factible el andar de acá para allá».
ASCENSOS

Igual opina Ana María Alonso, también esposa de policía, y quien lamenta los problemas que genera el actual sistema para poder conciliar la vida familiar con los ascensos: «Tenemos hijos y el ascender nos conlleva un cambio de destino y en nuestro caso hemos dado prioridad a la familia».
Por lo demás, esta agente nada tiene que objetar a una profesión con la que soñaba desde pequeñita: «En el colegio en el que estudiaba, en el Amorós, en Carabanchel, vinieron y nos hicieron una exhibición y fue impresionante, y recuerdo que a todos nos dieron un carné de ‘ayudante de Policía’. Y yo siempre he querido ser de los buenos, y ayudar. Y aunque me costó bastante sacar la oposición, al final lo conseguí». Afirma Alonso que lo suyo fue tan vocacional que sus padres se llevaron un «susto» cuando les dijo que iba a continuar los pasos de su hermano, el primer policía de la familia.
Recuerda especial cariño su etapa de prácticas en Estepona: «Soltera, sin hijos y, encima, en la Científica. Estaba allí por la mañana y por la tarde. Y me llevaron a todo, a homicidios, a incendios... Luego caí en San Blas, en Madrid, y me vi en un tiroteo y en un incendio del que tuve que sacar a una niña de catorce años». Asegura que lleva la «tenacidad» por bandera y que tiene fama, en su actual unidad (la UFAM se encarga de los casos de agresiones a mujeres), de lo extensas que son siempre sus denuncias: «No me gusta que las víctimas de violencia de género sufran una doble victimización, por eso intento que las denuncias sean muy detalladas para que el caso llegue al juez lo mejor posible, para allanarlas el camino, porque ya han pasado demasiado y ellas se tienen que plantar ante un extraño a contar sus intimidades». Eso sí, admite que no todo es perfecto en el sistema porque dice que «hay mujeres maltratadas, que las hay; hay mujeres que mueren a manos de hombre, que no debería pasar nunca; y hay muchas denuncias...», comenta irónicamente, en referencia a las denuncias falsas.
MUJER Y ANTIDISTURBIOS

Elena López Aller es otro ejemplo de policía vocacional y que llegó al Cuerpo inspirada en su padre, miembro de las primitivas compañías de Reserva, el germen de los antidisturbios. «Entonces (entró en el 92) éramos poquitas las mujeres en la UIP, dos en un grupo de cincuenta, pero fue todo bien, nunca noté nada. Era joven, viajabas mucho, me lo pasé bien, la verdad. Es una etapa que recuerdo con cariño, a pesar de que ves cosas malas y duras», admite. Su ascenso a subinspectora y un inoportuno accidente de tráfico dos días antes del examen le llevaron a cambiar su reingreso en la UIP por los Guías Caninos, donde lleva los últimos seis años: «Se coge cariño a los animales, es complicado».
Un año antes que López Aller, llegó Pilar Zanca al Cuerpo, hoy oficial de Policía . «Yo sí fui de la generación Olimpiadas - Expo de Sevilla y ahí hicimos aquellas prácticas, que acabaron en Vigo, que fue ya el remate porque era una ciudad con mucho atraco, tiroteos...». «Mi padre era guardia civil y yo quería serlo, y en la primera oposición que hubo me presenté, pero no logré una de aquellas 50 plazas para mujeres. Entonces abrí mi campo a la Policía», recuerda. Su primer destino fue Barcelona, la comisaría de Cornellá, donde no había más mujeres que las tres que llegaron de su promoción, aunque asegura que no hubo problemas, «más allá del paternalismo»: «Te cuidaban mucho, intentaban que no estuvieras en el primer lugar, pero a mí no me gustaba estar detrás... no he tenido ni un problema por ser mujer».
Llegó a la «tranquila» Valladolid en 2002, cuando solo eran 22 y hasta hacían comidas de mujeres. «Es una ciudad distinta, no es que nos aburramos, pero lo comparas con Madrid o Barcelona y no tiene nada que ver, claro», recuerda Dolores Pérez, quien fue jefa del Servicio de Atención a la Mujer (SAM) de Barcelona y que llegó a ser objetivo de ETA, porque «salía mucho en televisión». «La época del terrorismo fue dura, de mirar bajo el coche y eso al llegar a Valladolid casi se olvidaba», añade la oficial Zanca, quien destaca el «compañerismo» que impera siempre en la Policía. «Este es un trabajo genial, porque hay multitud de campos y de especialidades para cada perfil y puedes cambiar con el paso del tiempo», enfatiza la agente Alonso. «Somos una organización muy grande y muy preparada y la sociedad quiere mucho a la Policía», concluye Pérez.
https://www.eldiadevalladolid.com/Notic ... y-policias

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
NotaPublicado: 10 Dic 2019 11:25 
Desconectado
Moderador
Moderador
Avatar de Usuario

Registrado: 07 Feb 2007 09:27
Mensajes: 13859
Ubicación: Pintiam.-
9/12/2019. La "Polizeidirektorin" de la Bundespolizei Silke Bußkamp de 41 años es la nueva responsable de los 400 policías federales que dan servicio en el aeropuerto de Colonia (1.085.664 hab.):
Imagen

_________________
SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-
ImagenImagen
Imagen


Arriba
 Perfil  
 
Mostrar mensajes previos:  Ordenar por  
Nuevo tema Responder al tema  [ 788 mensajes ]  Ir a página Anterior  1 ... 83, 84, 85, 86, 87, 88  Siguiente

Todos los horarios son UTC + 1 hora


¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 22 invitados


No puede abrir nuevos temas en este Foro
No puede responder a temas en este Foro
No puede editar sus mensajes en este Foro
No puede borrar sus mensajes en este Foro

Buscar:
Saltar a:  


Desarrollado por phpBB® Forum Software © phpBB Group
El Foro Fauerzaesp se nutre gracias a sus usuarios ||Fauerzaesp
 
Creditos