Cecilio Andrade escribio:
El Uton de las Fuerzas Especiales de Eslovaquia.
Las Fuerzas Especiales de Eslovaquia, incluidos los paracaidistas, cuentan con un arma coloquialmente conocida, en las mismas, como Uton (Utocny Nôz o cuchillo de asalto). Lo más singular es, sin duda alguna, la solución que se le ha dado para emplearlo, además de cómo cuchillo, como lima o sierra.
Lo más habitual, cuando este tipo de armas se encontraban en su apogeo, era encontrar modelos con el mango hueco donde albergaban todo tipo de complementos y útiles para la supervivencia. Anzuelos, hilo de pescar, una minúscula brújula, una pinza, cerillas, etc. También solían llevar, en el lomo de la hoja, una sierra y en la funda una piedra de afilar.
El Uton incorpora dos hojas aceradas y pavonadas, una para aserrar madera y la otra para limar metales. La rareza está en que se acoplan en la parte superior del mango, gracias a una ranura existente en él. Estas hojas se fijan mediante un sencillo pasador sujeto a la funda por un cordón, siguiendo un método que no tengo conocimiento de que exista en ninguna otra arma blanca. Cabe añadir que en el extremo superior del serrucho una muesca permite utilizarla como destornillador.
La hoja dispone de un filo terriblemente cortante y de una punta muy incisiva. Está fabricada en acero quirúrgico y ese nombre se corresponde con la realidad ya que, después de afilarlo durante un rato utilizando simple mente un cinturón de cuero, sirve, como el mejor de los bisturís, para practicar intervenciones quirúrgicas de urgencia. En ese momento es tan cortante que tan solo con apoyar el filo — sin ejercer presión alguna- sobre un brazo, pongamos con caso, produce una herida.
La espiga del cuchillo está envuelta en goma, conformando así un lomo antideslizante. En cuanto a la funda, es mimetizada y de un material similar a la cordura, muy resistente a cualquier tipo de agresión atmosférica o de uso. Actualmente, al haber remitido la fiebre por este tipo de cuchillos de supervivencia, tal como eran entendidos hace años (esto es, portadores de múltiples útiles, muchas veces del todo innecesarios), resulta muy singular encontrarse con el Uton que, sin embargo, viene de muy lejos en el tiempo puesto que ya lo tuvieron en dotación las Fuerzas Especiales del desaparecido Ejército checoeslovaco. No cabe duda de que es un arma basada en la experiencia de los profesionales y, por tanto, capaz de solucionar algunos de los problemas con los que pueden encontrarse, sobre el terreno, estos soldados de elite.
Hoy día en Eslovaquia existe la versión militar del Uton, restringida a las Fuerzas Especiales, y otra abierta al mercado. Todos los elementos son comunes en ambas cambian do, únicamente, el material de la funda y las marcas que luce la hoja del cuchillo.
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